El Valle Calchaquí forma una estrecha franja norte-sur de 250 km a lo largo del río Calchaquí, entre las unidades estructurales de La Puna y la Cordillera Oriental.
Un grupo de valles secundarios y quebradas, tanto longitudinales como transversales, forman el sistema tributario del río Calchaquí.
El Valle Calchaquí en toda su extensión, se encuentra sembrado de pueblos antiguos y sitios precolombinos y coloniales, en gran medida intactos, como Cachi, Amaicha del Valle, Santa María, Cafayate, San Carlos, Angastaco, Molinos, Seclantás, entre otras.
La Quebrada de Las Conchas es, a su vez, un profundo valle fluvial de 75 km de longitud, que se extiende desde el pueblo de Alemanía hasta la unión de los ríos Calchaquí y Santa Maria.
Tanto el acceso norte por la Cuesta del Obispo como el sur por el desfiladero de Las Conchas, presentan paisajes de extraordinaria belleza y singularidad, que marcan la entrada a esta particular geografía.
También se conecta, por el norte, con la localidad andina de San Antonio de los Cobres a través del puerto de montaña denominado Abra de Acay.
El valle tiene un ambiente que incluye fondos de valles y laderas con predominio de formaciones de estepas tupidas xerofíticas junto con conjuntos extendidos de cactus vela y muchos árboles churgui.
El clima es cálido y seco, con lluvias anuales de verano de hasta 80 – 200 mm.
El Valle Calchaquí está lleno de historia
Desde cazadores nómadas hasta pueblos coloniales. 12000 años de historia en el Centro América del Sur.
La evolución geológica ha dejado aquí huellas dignas y una particular topografía que ha dado lugar al desarrollo de una larga secuencia cultural.
La interacción ininterrumpida desde la Prehistoria en adelante ha producido un paisaje cultural con características únicas.
Según registros arqueológicos, esta ocupación comenzó hace 12.000 años, cuando grupos de cazadores-recolectores nómadas de los Andes del Sur comenzaron a explorar su territorio (Sitios Precerámicos en el Parque Nacional Los Cardones, Aguas de Los Loros y Quebrada de Las Flechas).
Varias investigaciones pusieron en evidencia una continua actividad humana durante los siguientes siglos, que se ha incrementado con la llegada de nuevos pueblos que ya tenían habilidades agrícolas y alfareras.
Durante este período, siglos V d.C. a XV d.C., la región fue hábitat de pobladores, que dejaron testimonio, no solo de un avanzado desarrollo agrícola sino también de domesticación de animales, urbanismo metalúrgico, prácticas administrativas y religiosas y una intensa interacción regional con el norte de Chile y Bolivia y sur de Perú
El Valle Calchaquí fue escenario de la expansión de la Cultura Tiahuanaco (650 a 850 d.C.) y la expansión del Estado Inka a mediados del siglo XV (Puerta de la Paya, Chinchilao y Potrero de Payogasta). sitios, y varias partes investigadas y descritas del Camino Inca).
La Llegada de los Españoles
A principios del siglo XVI la región inició una nueva transformación provocada por la colonización española.
Su alta densidad demográfica y valor estratégico relacionado con los sitios de Potosí y Cuzco convirtió al valle en uno de los ejes del Gobierno de Tucumán.
También fue escenario principal de las largas luchas entre españoles e indígenas, conocidas como batallas Calchaquíes, que duraron más de un siglo.
Su fin en 1670 trajo consigo la supresión de las creencias religiosas y costumbres tradicionales indígenas, la imposición de un nuevo idioma y religión, la introducción de nuevas prácticas agrícolas y animales, un nuevo tipo de urbanización, diferentes prácticas laborales, administrativas y fiscales y, sobre todo, un proceso de remoción de población donde los indígenas se dispersaron por todo el territorio.
El Valle Prohibidcio
La Corona española declaró la región ‘Valle Prohibidcio (valle prohibido), y esto se mantuvo así hasta que el colapso del sistema económico colonial de Encomienda (basado en la concesión de tierras y habitantes nativos a un colono) provocó la necesidad de mano de obra.
Sobre las antiguas estructuras sociales, económicas, religiosas y culturales prehispánicas, que fueron sustancialmente modificadas por los conquistadores, el Valle Calchaquí se abrió paso a través de los siglos coloniales bajo una economía basada en el wifundium, la encomienda agrícola, el servicio personal, el sincretismo religioso y el mestizaje biológico.
La escisión de España y las consiguientes luchas independentistas a principios del siglo XIX, encontraron en la religión el lugar para el mantenimiento de los intereses monárquicos, que retrasaron la incorporación de Estados Unidos al sistema socioeconómico republicano.
Desde principios del siglo XX, la zona del Valle ha provocado que la población se haya desencadenado y, por tanto, ha mantenido una baja densidad de población.
La agricultura del Valle
Los habitantes tradicionales, en su mayoría arrendatarios (del uso de la tierra, como para el pastoreo de ganado) y pequeños agricultores, viven de economías de subsistencia dentro de un sistema de organización basado en la tierra donde las costumbres y costumbres tradicionales juegan un papel predominante.
La agricultura de mercado se realiza en terrazas fluviales, con producción de pimentón, hortalizas, viñedos y frutos de siembra, complementada con la cría extensiva de bovinos, ovinos y caprinos. La cría de llamas se limita a las tierras altas del
Departamentos de Poma y Molinos. La artesanía y la producción de alimentos, como el queso de cabra y oveja y los jóvenes («paterosr) m (ines), tienen relevancia turística.
La historia geológica
La historia geológica no es menos fantástica.
Hace 20 millones de años, antes de la elevación de los Andes del norte, la región recibió vientos húmedos que favorecieron un bosque tropical cuyo registro fósil ha sido ampliamente investigado.
Posteriormente, el modelado del viento y las violentas lluvias de verano sobre los materiales blandos produjeron espectaculares paisajes naturales de importancia internacional.
Entre ellas encontramos Las Flechas y El Ventfsquero en Angastaco, con presencia de piedras cuarcícicas y estratos verticales.
La cumbre del Nevado de Cachi es una joya orográfica que, al igual que otras cumbres de la región, ha sido objeto de culto por culturas prehispánicas, lo que hoy es un aspecto clave para la arqueología de alta montaña.
Los Períodos de Hielo Cuaternario dejaron ejemplos excepcionales de círculos y morrenas.
La Quebrada de Las Conchas tiene notables formaciones rocosas rojas del período Cretaciano, registros fósiles únicos y un rico pasado arqueológico.
Allí, se produjeron procesos de corteza cerebral con erupciones volcánicas y formación de lagos.
Entre los vestigios más destacados destacan:
- Las ranas fósiles (Pipidae) de Puente Morales.
- Lechos de piedra caliza marina y continental muy ricos en rastros de fósiles de dinosaurios
- Lechos fósiles de algas y bacterias (estromatolitos)
- Peces fósiles en el sitio La Yesera, que representan la última transgresión marina hace unos 15 millones de años.
El límite KIT internacional
También es destacable que este desfiladero presenta el límite KIT internacional, que marca el final del Período Cretaciano y el comienzo del Terciario, hace 65 millones de años, cuando se extinguió la mayor parte de la fauna reptil.
Se puede contemplar una gran variedad de geoformas como Garganta del Diablo y Anfiteatro, que alguna vez fueron, en condiciones más húmedas, cascadas de agua dulce.
Entrando al Valle por el este y yendo hacia el norte, al final de la Cuesta del Obispo, se encuentra el Valle Encantado, un lugar de rara belleza.
Nueve parapetos con pinturas policromáticas de finales del período Agroalfareriano dan testimonio del paso del hombre.
Dinosaurios del Valle Calchaquí
En el valle de El Tronco, afluente del río Calchaquí, se encuentran restos de fósiles de aves y dinosaurios del Cretacio tardío.
Los de los dinosaurios pertenecen tanto a los carnívoros como a los herbívoros (hadrosaurios).
Fueron descubiertos en 1968 por un geólogo que exploraba el uranio (Mario Raskovsky) y estudiados por el Dr. R. Alonso.
Los grabados se colocan: en paredes verticales que fueron antiguos costados levantados durante los movimientos andinos.
Por ser tan espectaculares, fueron fotografiadas por National ‘Geographic en enero de 1993.
Las huellas de aves que aparecen junto a las de dinosaurios pertenecen a Enanthiomites y son únicas en todo el mundo.
Este sitio tiene un interés adicional como parte del sitio multinacional Qhapaq Ñan conocido como Camino del Inca.