Cuando uno piensa en la provincia de Salta, piensa en el lema de la provincia Tan Linda Que enamora.
Ahí es cuando uno piensa que debe ser un ardid publicitario, todas las provincias de deben autoconcebir hermosas pero será este el caso.
El caso es que si, la provincia de Salta es una de las provincias mas hermosas de la Argentina sin dudas.
Además de eso posee una variedad de paisajes que asombra.
Podemos pasar de una espesa selva a un desierto en muy poco casi sin darnos cuenta.
Además la provincia posee un legado cultural enorme, desde los pueblos originarios que han dejado su huella hace milenios.
Así como también se pueden encontrar testimonios de tiempos mas cercano de la época de la conquista española o de la independencia.
La provincia de Salta nos espera para sorprendernos.
Acá te dejamos un breve guía con las regiones de la Provincia de Salta y qué podes hacer en cada una de ellas.
La Puna de la Provincia de Salta
En la inmensidad del altiplano, ubicados a más de 4000 metros, se encuentran los picos con nieves eternas, extensos mares de sal, lagunas repletas de flamencos y vicuñas que se mimetizan en el paisaje desértico, imposible de abarcar con la mirada.
Uno de los aspectos más interesantes de esta remota región es la cultura de sus habitantes, quienes desde tiempos prehispánicos, lograron adaptarse a las duras condiciones climáticas.
Localidades como San Antonio de los Cobres y Tolar Grande conservan costumbres ancestrales que se reflejan en manifestaciones culturales como la Pachamama, los misachicos y la apacheta, entre otras.
Personas de rostros enigmáticos en inmensos salares, volcanes, estepas arbustivas, cielo límpido, sol penetrante y lagunas azules.
Estas son sólo algunas de las maravillas que la Puna ofrece para lograr fotografías de gran impacto.
Los laboriosos artesanos de esta zona se caracterizan por los tejidos realizados con agujas de espinas de cardón y peines de hueso, con diseños andinos, hechos de lana pura de llamas y ovejas criadas en la zona.
El norte Verde al compás de las Yungas
A la sombra de su densa vegetación viven comunidades aborígenes que aún conservan su cultura original.
Del otro lado de las montañas, el paisaje cambia y aparecen antiguos pueblos suspendidos de los muros de abruptos cañones.
La selva del norte posee una biodiversidad única en el mundo y por ello está ampliamente protegida.
El noreste de la provincia presenta montañas cubiertas de vegetación y grandes ríos como el Bermejo, repletos de dorados, surubíes y bagres.
Junto a las yungas jujeñas, conforma la Reserva de la Biosfera de Yungas, protegida por la UNESCO.
Esta zona es ideal para actividades de ecoturismo, trekking, safaris fotográficos y avistaje de aves.
Las sierras subandinas de la región están surcadas por caudalosos ríos en los que se practica la pesca con mosca de dorados y truchas.
Es, también, zona ideal para la práctica de trekking, rafting, mountain bike, camping, y travesías 4 x 4.
Los pueblos que viven allí (wichís, chiriguanos, chané, chorotes, chulupíes, tobas y tapietes), reciben la visita de turistas que pueden ver la confección de artesanías, como máscaras de madera y tejidos en chaguar.
La ciudad de Salta
Salta es una bellísima ciudad activa de estilo colonial bien preservado, que alberga Peñas Folklóricas, el Museo de Alta Montaña, que relata la expedición donde se hallaron los famosos niños incas momificados en el volcán de Llulliallaco.
Además se han agregado los nuevos circuitos gastronómicos, especiales para los amantes de la cocina criolla y andina.
La cultura del gaucho de la provincia de Salta
Las estancias, sus parques nacionales de gran belleza y la zona de los Valles Calchaquíes son otros recorridos imperdibles: Cachi, Molinos, Seclantás, Cafayate, localidad referente de la Ruta del Vino, que se enmarca entre quebradas de formas misteriosas y colores perpetrados en el infinito.
Se reconoce a la región por el carácter definido de sus vinos de altura y por gestarse entre los viñedos más elevados del mundo (de 1.700 a 3.000 metros sobre el nivel del mar).
Las bodegas, la gastronomía andina, la hotelería boutique y la vinoterapia, son claros fundamentos para no perderse la visita a la provincia de Salta.
El Valle de Lerma
Posee un clima de tipo serrano subandino, con una marcada estación seca que se prolonga desde mayo hasta noviembre.
Este valle de clima húmedo templado desciende de oeste a este a una altitud promedio de 1100 msnm.
Entre sus principales ríos figuran el Arenales y el Toro, mientras que en su borde suroriental se encuentra el segundo lago artificial más grande de la Argentina, el Cabra Corral.
En el extremo norte del valle se sitúa el Gran Salta, además de otras importantes localidades como Rosario de Lerma, Campo Quijano, Cerrillos, El Carril, Chicoana, La Merced y Coronel Moldes.
Por el norte el Valle de Lerma se conecta con la Quebrada de Humahuaca, y por el suroeste con la majestuosa Quebrada del Toro (que desciende desde la Puna de Atacama), y por el sur con los Valles Calchaquíes.
Valles Calchaquíes
Detrás de las sorprendentes formaciones rocosas de sus quebradas y cerros multicolores, se levantan pueblos cuyas casas de adobe y paja transportan al viajero a tiempos remotos.
Este circuito circular puede iniciarse por la ruta nacional 68 (con destino a Cafayate) o por la ruta provincial 33 (rumbo a Cachi).
La “Vuelta a los Valles” es un viaje inolvidable, a través de una región forjada por la historia preincaica y colonial, en una fantástica geografía tallada por los vientos y el sol.
Norte Andino
El camino no es fácil, pero el recorrido tiene el premio especial de transitar por una espectacular región que, dentro de la gran belleza de sus paisajes, esconde toda la magia andina en el norte de Salta.
La sencillez y cordialidad de su gente hacen, de esta zona, el lugar ideal para el encuentro con todos los sentidos.
Para llegar se debe atravesar la provincia de Jujuy, justamente por la Quebrada de Humahuaca.
Ya el paisaje va mostrando sus colores, envolviendo a cabras, chivos y sus pastores.
El reloj se detiene y el corazón se agita con emoción, porque el viento, los aromas a hierbas y su gente nos dan la bienvenida, con la mirada serena y amable.
El silencio sólo es interrumpido por las campanas de la iglesia, por niños que juegan, o por el propio suspiro de la inmensidad de las montañas enmarcadas por un cielo azul profundo.
Sitio Web: Ministerio de Turismo y Cultura