La arquitectura del Palacio Barolo representa un importante intento de conjugar distintas trazas de la tradición arquitectónica europea presentes en el neogótico y el neorrománico, con modernas técnicas constructivas a la manera estadounidense y rasgos de carácter rioplatense.
En 1918 el empresario italiano Luis Barolo le encargó a su compatriota Mario Palanti el diseño y construcción de un edificio que sería (hasta la construcción del Kavanagh en 1936) el más alto de Buenos Aires.
Las obras se iniciaron en 1919 y concluyeron en 1923. La planta tiene 32 metros de frente y 42 de fondo, con salidas a Avenida de Mayo e Hipólito Yrigoyen, calles entre las que corre un pasaje peatonal con locales comerciales.
El primer edificio de armazón de hierro fue el Palacio Barolo y está rematado por un faro giratorio de 300.000 bujías que, en la época en que no se había popularizado la radio, se usaba para transmitir noticias.
El Palacio Barolo es representativo de una actitud arquitectónica impregnada de prefiguraciones oníricas, de gestos únicos y ideales heroicos, dentro del espíritu del “resurgimiento”
Tanto Palanti como Barolo eran admiradores de Dante y en el edificio hay referencias a la Comedia, como la división general del proyecto en tres partes, que se corresponden con el infierno, purgatorio y cielo del libro.
Además del Palacio Barolo, Palanti construyó en Buenos Aires el Hotel Castelar (1928, Av. de Mayo 1150), el Banco Francés-Italiano (en Perón y San Martín) y la casa de rentas de la esquina de Santa Fe y Callao.
El Palacio Barolo y Salvo
Cuando fue construido, el Palacio Barolo, era el edificio más alto de la ciudad y de América del Sur al igual que su hermano ‘gemelo’ en estilo ecléctico, construido por el mismo arquitecto en Montevideo, el Palacio Salvo.
Inaugurado el 12 de octubre de 1928, el Palacio Salvo, con sus 95 metros y 27 plantas, fue la segunda torre más alta de Sudamérica de 1928 hasta 1935 cuando fue desplazado del segundo al tercer puesto sudamericano por el Kavanagh de Buenos Aires. Actualmente continúa siendo uno de los edificios más altos de la ciudad. Es Monumento Histórico Nacional desde 1996.