Justo frente a la Plaza Independencia se levanta una de las tres iglesias más antiguas de la Argentina, la Iglesia Catedral de San Miguel de Tucumán., un icono tucumano que encierra pedazos de nuestra historia.
Fue construida a principios del siglo XIX por Pedro Delgare Echeverri, un arquitecto francés que le imprimió el estilo neoclásico; sus torres se coronan por cúpulas y es en una de ellas en donde se encuentra el reloj que pertenecía al Cabildo de Tucumán.
Llama la atención que el templo conserve la cruz de madera desde su fundación y otro dato curioso es que allí permanecen las urnas con los restos de dos personajes de la historia argentina: el general Gregorio Aráoz de Lamadrid y el Obispo Eusebio Columbres.
La Fachada de la Iglesia Catedral de San Miguel de Tucumán
La fachada planteada de esta catedral presenta principalmente detalles neoclásicos.
Las dos torres encuadran a la fachada constituyendo tres etapas; la etapa inferior, al nivel del gran pórtico está ornada con elevadas columnas dóricas.
El orden jónico aparece en la etapa intermedia mientras que el corintio es el que surge en la etapa superior de las torres.
El gran frontispicio que adorna la parte superior del pórtico está sostenido por seis fuertes aunque esbeltas por su elevación columnas dóricas, cuatro de estas columnas se encuentran apareadas.
El frontispicio triángular es el principal detalle neoclásico y está dotado de un importante friso esculpido en mármol por el escultor Juan Bautista Finochiaro, en este bajorrelieve está representado el Éxodo: Moisés en el desierto descansa momentáneamente a la sombra de un árbol y el pueblo israelita le trae al profeta un gran conjunto de racimos lo cual sería alusión a la ciudad de Tucumán que se halla en el centro de un fertilísimo vergel.
Sobre el frontispicio, en la mitad de la simetría, se alza una estatua en mármol blanco de la Virgen María.También resulta interesante la escultura en madera de Cristo Crucificado que se encuentra en el lado izquierdo del vestíbulo, y que es objeto de veneración constante de los transeúntes.
El interior de la Iglesia Catedral de San Miguel de Tucumán
El interior de esta catedral es bastante amplio, la sensación de amplitud está potenciada por el uso de columnas esbeltas que mantienen elevado al techo y por una buena iluminación natural.
La iglesia posee dos antiguas y pequeñas estatuas de san Judas Tadeo y san Simón en recordatorio de los patronos de Tucumán a los cuales se venera tras una victoria sobre los calchaquíes en octubre de 1578 momento en el cual la ciudad de origen europeo casi fue destruida por el pueblo nativo.
A falta de un importante altar mayor, se puede observar una buena réplica en óleo de La Anunciación de El Greco, mientras que el gran arco previo al coro está decorado con bellos frescos cuya temática principal es la Creación del Mundo por Dios, tales frescos son obra de Félix Rebol, entre los otros varios elementos de interés se encuentran diversas estatuas articuladas, moldeadas y talladas y luego minuciosamente pintadas del santoral cristiano, antiguos cuadros, exvotos, candelabros (incluidos los mal llamados «tenebrarios» que proveen de mucha luz merced a sus numerosas velas –candelas o bugias–), en una de las naves laterales se puede observar una curiosa representación de la cruz la cual se considera tradicionalmente data de la época fundacional y a la cual se le atribuye algún carácter milagroso.
En el interior se encuentran los sepulcros de varios importantes personajes de la historia tucumana como el obispo José Eusebio Colombres, Alejandro Heredia y Gregorio Aráoz de La Madrid.
Las dos torres están coronadas por sendas cúpulas rojizas bulbiformes de estilo rococó (aunque comúnmente se les dice de «estilo ruso») las dos cápulas se encuentran culminadas parejamente en sendos orbes, en ellas las importantes campanas de bronce son anteriores al actual edificio ya que fueron fundidas en Chuquisaca en tiempos del dominio español en esa provincia altoperuana.
En la torre ubicada a la izquierda se encuentra un antiguo reloj mural que perteneció al Cabildo de Tucumán.
Éste reloj fue adquirido en Gran Bretaña en la década de 1840 y transportado a San Miguel de Tucumán, dónde el Gobernador Celedonio Gutiérrez ordenó su instalación en la torre del antiguo edificio consistorial. Luego de la inauguración de la actual Casa de Gobierno en 1912, el reloj fue colocado en la torre de la catedral dónde se encuentra actualmente.
fuente: www.tucumanturismo.gov.ar
fuente: www.wikipedia.org