Los Jesuitas llegaron a la ciudad de Córdoba en 1599 y la convirtieron en el centro neurálgico de su tarea evangelizadora, pedagógica y misional. De la mano de estos religiosos, Córdoba fue el punto de referencia fundamental en el panorama cultural del Río de la Plata y Tucumán.
En 1767, por la orden del Rey Carlos III, los Jesuitas fueron expulsados de todos los territorios en poder de España.
Pudieron, sin embargo, legar una valiosa herencia a la ciudad de Córdoba, que incluye una de las primeras y más prestigiosas Universidades de América Latina -1613- y el templo de la Compañía de Jesús – el más antiguo del país, la primer imprenta que tuvo el Virreinato del Río de la Plata, situada en el sótano del Museo de San Alberto, y el Colegio Máximo, ahora denominado Colegio Nacional del Monserrat.
Hoy es posible viajar al pasado de la ciudad y descubrir la obra que llevó a cabo esta Orden recorriendo sus antiguos edificios y los maravillosos objetos que atesoran. En especial la llamada » Manzana Jesuítica» declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO.
Colegio de las Huérfanas
En este solar tuvo su primitivo emplazamiento el Real Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat, donde vivían los antiguos alumnos de la Universidad, antes de 1782. El Colegio de las Niñas Huérfanas Educandas fue fundado en ese año por el Obispo José A. de San Alberto y es la primera expresión de la educación popular femenina en el Río de la Plata.
Iglesia de la Companía de Jesus
Está formada por la Iglesia de la Compañía de Jesús –la más antigua del país- que data de mediados del siglo XVII; el Museo del Rectorado (antiguos claustros del Colegio Máximo); el Colegio Nacional de Monserrat por donde han pasado varios próceres argentinos y la antigua Residencia Jesuítica con su Capilla Doméstica.
Estos bienes fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2000.
Capilla Doméstica
En el dintel de la puerta de ingreso se lee: “Casa de Dios y Puerta del Cielo”. Es la antigua capilla privada de la Residencia de la Compañía de Jesús, construida entre 1644 y 1668. Su techo, de fuertes y gruesas cañas tacuara, está recubierto por tientos de cuero crudo, pintados y adheridos con cola fabricada con huesos convenientemente hervidos. Impacta el altar principal, y su retablo realizado en madera de cedro paguayo, toda una joya artesanal con intervención de mano de obra nativa.
Universidad Nacional de Córdoba
Es la Universidad más antigua del país y la segunda de América del Sur.
Las primitivas obras datan del siglo XVII. Se destacan su Salón de Grados, de artístico mobiliario y un fresco en la bóveda, pleno de simbolismo, la Biblioteca Mayor que conserva una colección de incunable, libros publicados al comienzo de la invención de la imprenta, como así también el Templete que guarda los originales del Código Civil Argentino y la biblioteca personal de su auto, el ilustre cordobés nacido en Calamuchita doctor Dalmacio Vélez Sarfield.
A lo largo de sus claustros también podemos visitar el museo de la Universidad y parte de la librería jesuítica recuperada en el año 2000.
Colegio Nacional de Montserrat
El Real Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat se fundó en 1687, en la actual esquina de Obispo Trejo y Caseros, pero fue trasladado a este lugar en 1782. es un Colegio con mística propia, impregnado de tradicionalidad. Aquí se formaron los líderes de la emancipación y también los primeros dirigentes de la organización nacional. Por sus aulas pasaron personajes ilustres como el Deán Gregorio Funes, Gral. José María Paz, Juan José Paso, entre otros.
Estancias Jesuíticas cercanas a la ciudad de Córdoba
Estancia de Santa Catalina
Fundada en 1622, en el mismo año que la actual Universidad Nacional de Córdoba, es la más grande de todas las estancias jesuíticas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad. Tuvo miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular además de su producción textil y del obraje de herrería, carpintería y sus dos molinos.
Comprende una iglesia de imponente fachada barroca, una residencia con tres patios y locales anexos, las ruinas del noviciado, la ranchería con habitaciones para esclavos, el tajamar alimentado por aguas subterráneas provenientes de Ongamira, y restos de acequías y molinos.
Es sin duda la obra más impresionante que nos han dejado los jesuítas radicados en estas tierras en 1599, y que fueron expulsados en 1767. Para llegar hay que transitar 13 kilómetros de camino de tierra desde la ruta que une Jesús María con Ascochinga.
(Informes: Tel: (03525) 424600).
Estancia de Jesús María
Data de 1618, siendo el segundo núcleo del sistema productivo organizado por la Compañía de Jesús. Implantó la vitivinicultura en estas tierras de tal manera que aún hoy la zona se caracteriza por sus bodegas, logrando vinos con personalidad propia. El lugar incluye la iglesia, la residencia y la bodega, los restos de los antiguos molinos, el perchel y el tajamar.
La iglesia, de nave única abovedada posee un exterior bellamente sobrio, con una destacada cúpula central, ornamentada con interesantes relieves, y con una elegante espadaña de piedra que puede admirarse junto a la sacristía. Además del templo hay una residencia cuyo patio principal se encuentra bordeado por dos galerías de planta baja y alta, con entrepiso de bóvedas y techo superior de cabreadas. Actualmente es el edificio portador del Museo Nacional que permite admirar distintas colecciones de elementos de época, documentos y objetos artísticos. Para llegar se deben transitar 48 kilómetros al norte de Córdoba, por la Ruta 9 N.
(Informes: Tel: (03525) 420126).
Estancia de Caroya
Creada en 1616. Desde 1854 la propiedad fue del gobierno nacional. En el primer período fue una casa de vacaciones para los alumnos del Colegio de Monserrat, de Córdoba, muchos de los cuales provenían de los actuales países vecinos de Argentina atraídos por la ya prestigiosa Universidad de Córdoba. Posteriormente, la casa se convirtió en Fábrica de Armas Blancas de la Guerra de la Independencia (1814-1816) y Posta del camino Real para el ejército del Norte. Finalmente, el gobierno nacional a partir de 1878, dispuso que la antigua estancia sirviera de asentamiento a una colonia agrícola. Actualmente se ha instalado allí el Museo del Inmigrante, pero también da testimonio de la fábrica de armas. La casa mantiene una estructura colonial con su gran patio central rodeado de arquería. A él se ingresa, ya sea por una entrada lateral para carruajes, o por una especie de ‘ patio de honor’, sobre elevado con dos cuerpos salientes que lo enmarcan.
(Informes: Tel: (03525) 426701).
Estancia La Candelaria
Se organizó en 1683. Tiene una capilla, la residencia y los locales anexos, ruinas de una ranchería, corrales, restos del tajamar, molino y acequias. Su tipología la ubica entre medio de un fortín y una residencia con santuario. Está a 220 kilómetros de la ciudad por la Ruta Nacional Nº 38 y a 73 kilómetros de Cruz del Eje.
Estancia de Alta Gracia
Esta estancia data de 1643. Ahora es la iglesia parroquial de la ciudad y en la residencia funciona el Museo Nacional Casa del Virrey Liniers. Se destaca el famoso tajamar. Tuvo producción textil, aunque la agricultura y la ganadería hayan sido la especialidad de la casa. Incluye una iglesia con fachada barroca, residencia con sus patios y locales anexos, el obraje, ruinas del molino, horno y acequias. Se ubica en el corazón de la ciudad, a 36 kilómetros de Córdoba por la ruta provincial Nº 5.
(Informes: Tel: (03547) 421303).
fuente: Municipalidad de Córdoba – www.cordoba.gov.ar