La hostería Ruca Malen -o casa de la mujer amada-, abandonada por décadas junto a un antiguo puente a orillas del lago Correntoso, en el Parque Nacional Nahuel Huapi, será restaurada y reconvertida en museo de la Patagonia.
Se trata de un emprendimiento del gobierno de Neuquén junto a Parques Nacionales para poner en valor el lugar, además de darle un uso social. Junto al museo habrá un nuevo hostel, licitado a emprendedores privados, para hacer del sitio un proyecto sustentable a largo plazo.
La obra demandará una inversión de 25 millones de pesos, que se financiarán con un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo, para recuperar el histórico edificio y rendir homenaje a Alejandro Bustillo, a Ezequiel Bustillo y al perito Francisco Moreno, en territorio de Parques Nacionales.
El emprendimiento contará con un centro de interpretación sobre los pioneros que poblaron y dieron vida a la Patagonia en este paisaje único sobre un río corto y boscoso, de aguas verdes y turquesas.
Circuito Grande
Ubicada en el Camino de los Siete Lagos, a pocos kilómetros de Villa La Angostura en dirección a San Martín de los Andes, la hostería fue paso obligado del llamado Circuito Grande en la década de los cuarenta.
Y tuvo su tiempo de esplendor en los años cincuenta y sesenta, cuando llegó a ser conocida como «el Llao Llao» de esta villa de montaña. Entonces, disponía de 16 dormitorios, comedor, salón de lectura y salón de estar proyectados por enormes ventanales hacia el lago Correntoso.
Es un complejo de tres cuerpos. El primero estuvo destinado a hostería, con calefacción central por radiadores y caldera; el segundo volumen era la administración y el tercero, un restaurante para 150 personas.
Tuvo un muelle propio, desde donde salían embarcaciones al Lago Correntoso.
«Hubo un conjunto de hombres y mujeres talentosos, que tomaron una propuesta del gobierno nacional de desarrollar estas tierras, de manera fantástica», destacó José Brillo, ministro de Producción y Turismo de Neuquén. A estos pioneros se les rendirá homenaje en el pequeño museo.
Como el arquitecto Alejandro Bustillo, responsable del diseño del hotel (con preponderancia de piedra y madera), mientras su hermano Ezequiel Bustillo ocupaba la presidencia de Parques Nacionales. Alejandro Bustillo fue el creador también del palacio Messidor – inspirado en un castillo de Francia- la catedral de Nuestra señora de Nahuel Huapi; la intendencia situada en el centro cívico de Bariloche; la hostería de la Isla Victoria y el Hotel Llao Llao.
«La recuperación del lugar es muy importante desde el punto de vista de preservación. El impacto visual, con esto abandonado, es una agresión importante a la naturaleza», remarcó Bréard.
El establecimiento cambió varias veces de dueños y concesionarios privados. Actualmente se encuentra bajo competencia del Instituto de la Seguridad Social de Neuquén (ISSN).
Para restaurarlo, el gobierno de Neuquén tiene planificada una obra de quince meses de ejecución, construida totalmente con energías renovables, solar y térmica, que prevé contaminación cero en el medio ambiente.
Fuente : La Nación