Ubicada sólo a 12 km. de San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo es la capital nacional del limón ya que resulta la mayor región productora y exportadora de cítricos del mundo.
A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las ciudades argentinas, el centro comercial e institucional de la ciudad no se encuentra alrededor de la plaza principal, sino a lo largo de la Avenida Leandro N. Alem, verdadero reflejo de la vida social de la localidad. Otras arterias importantes son Avenida Roca, Camino del Perú y la diagonal que conecta esta localidad con la ciudad capital de la provincia.
Comenzó como una villa veraniega cercana a la capital provincial, aunque su crecimiento y desarrollo como ciudad llegó ligado a los talleres ferroviarios.
No por nada Tafí Viejo es conocida como la ciudad del ferrocarrilo.
En este punto del circuito de Las Yungas, el visitante descubrirá el testimonio de los talleres ferroviarios más destacados e imponentes de toda Latinoamérica.
Historia, tradición y raíces se combinan en este destino e invitan al turista a descubrir la esencia de los talleres que el Ferrocarril Nacional General Belgrano posee en Tafí Viejo y que comenzaron a construirse en 1902 y se terminaron en 1910, lo que significó un enorme avance cultural entre las provincias y los territorios más alejados del norte argentino.
Estos trajeron un gran impulso debido al efecto multiplicador de un emprendimiento de tal magnitud. Tan importante fuente de trabajo sedujo a trabajadores de otras provincias y extranjeros que engrosaron la población de la villa.
Dos puntos imperdibles de la ciudad son, en primer lugar el Festival Nacional del Limón inaugurado en 1970, se realiza cada año en el Club Villa Mitre durante el mes de Octubre.
Tiene una duración de tres jornadas y en su festival nocturno resaltan las figuras más importantes del folklore argentino.
En segundo lugar, quien visite la ciudad, puede recorrer el Museo Ferroviario.
Comenzó a funcionar en 2005, con el fin de rescatar objetos, herramientas, imágenes y parte de la cultura ferroviaria.
En el salón se exhiben escritorios, máquinas de escribir, una melancólica boletería de Ferrocarriles del Estado y la vieja sirena que recordó a todo el pueblo, durante 70 años, la hora en que comenzaba el día.
fuente: www.tucumanturismo.gov.ar
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