Puerto Madryn ofrece la experiencia de nadar junto a lobos marinos en su hábitat natural. La naturaleza del lugar ofrece infinidad de oportunidades, una de las cuales, considerada como –única en el mundo-, es la práctica de snorkel con lobos marinos.
En la localidad chubutense de Puerto Madryn el contacto con la naturaleza ofrece infinidad de oportunidades, una de las cuales, «única en el mundo» como gustan definir los guías, lugareños y turistas, es la práctica de snorkel con los lobos marinos, ágiles mamíferos que en tierra son torpes y lentos pero que en el agua despliegan una gran capacidad para nadar, donde se muestran curiosos y amigables.
Para esta experiencia, que se puede realizar todo el año, se le suministra al visitante un traje de neoprene y las máscaras que permiten apreciar a esta especie y al paisaje marino en todo su esplendor.
La aventura se inicia al momento de subir a los botes y hacer el recorrido hasta la lobería de Punta Loma, lugar indicado para lanzarse al buceo, y donde la perplejidad de ingresar al agua helada sin sentir el cuerpo congelarse genera las primeras sonrisas de los turistas.
La transparencia y la luz del mar argentino que se abre ante nuestros ojos una vez realizada la inmersión, emociona, sensación que llega al paroxismo cuando se van a acercando sin timidez los lobos de mar y las crías, que curiosos, hacen piruetas, juegan, y hasta parece que posaran ante las cámaras subacuáticas de los turistas.
En el viaje de cerca de 20 minutos al barco lo cruzan los petreles gigantes y al menos dos clases de cormoranes, los reales y los de cuello negro, muy similares a los mbiguás del litoral fluvial, pero aquí blancos y negros.
Estos animales sorprenden porque no le temen a los humanos por lo que la experiencia es de una armonía tremenda, de una profunda paz y una alegría tal que pocas veces se puede sentir algo parecido.
Cada grupo va con un buzo profesional que parece conocer a los lobos y los llama por su nombre y sorprende como estos animales de grandes ojos, muy expresivos, parecen reconocer al hombre que los visita más a menudo.
«Punta Loma -explicaron las autoridades de Turismo de la ciudad- es una reserva de cría y reproducción«, y especificaron que por lo general los visitantes «ven a las hembras y a las crías ya que los machos solo llegan en época de reproducción«.
Desde la costa de Puerto Madryn se suelen ver también ballenas, sobre todo en la playa de Doradillo, camino a la Península de Valdés, donde además de los grandes cetáceos están las orcas, los elefantes marinos, y otra colonia de pingüinos distinta a la de Punta Tombo.