El Museo Jesuítico de La Banda se encuentra en una antigua estancia erigida por los jesuitas en 1718 en Tafí del Valle.
El conjunto marcó el nacimiento del poblado vallisto.
Está considerado Monumento Histórico Nacional.
El Museo Jesuítico de La Banda, está integrada por una amplia vivienda, capilla, aposentos de servicio y un molino hidráulico.
Todo esto fue construido y sucesivamente modificados en diversas etapas, hasta el agregado de dependencias en estilo neocolonial, hacia 1940.
La Capilla de La Banda La capilla jesuítica de La Banda, del siglo XVIII, es un museo arqueológico, histórico y religioso que testimonia la arquitectura colonial existente en nuestro territorio y proporciona a los visitantes la imagen de tiempos remotos.
El conjunto marcó el nacimiento de este poblado de TafÌ del Valle.
En 1973 pasó a manos del Estado y fue transformado en Museo, el cual fue declarado Monumento Histórico Nacional.
El museo está organizado a lo largo de varias salas, que conformaban la vivienda original, que albergan piezas arqueológicas pertenecientes a las culturas Tafí y la Santa María.
Exhibe piezas arqueológicas, pinturas del siglo XVIII, mobiliario y otros elementos jesuitas y distintos objetos y muebles pertenecientes a los propietarios de la casa en el siglo XIX.
Cuenta con seis salas en las que se puede apreciar una interesante colección de objetos pertenecientes a la cultura indígena y al período colonial, además, una capilla de austera decoración que data de los años de la misión jesuítica.
Historia de la Estancia del Museo Jesuítico de La Banda
El primer dato que se tiene sobre el lugar es que fue otorgado por merced real, en 1617, al vecino feudatario y encomendero Melián L y Guevara.
En 1716 la orden jesuítica adquirió estas tierras, tras lo cual organizó la estancia que ocupaba el extenso valle de Tafí.
Expulsada la orden en 1767, el fundo se subdividió y estos terrenos y sus construcciones fueron adquiridas por Julián Ruiz de Huidobro.
Hasta que finalmente pasaron a manos de José Manuel Silva quien sería posteriormente gobernador de la provincia de Tucumán.
Los edificios fueron ampliados, modificados e incluso reconstruidos en varias oportunidades con el correr del tiempo, hasta que en el año 1972, las autoridades provinciales decidieron expropiar la finca para convertirla en museo y preservar su valor arquitectónico y cultural.
La capilla fue objeto de varias restauraciones y en el año 1978 fue declarada Monumento Histórico Nacional.
