El edificio que ocupa el «Museo del Recuerdo» data de fines del siglo XIX, época en que perteneció a un Señor de Apellido Gómez, y donde funcionaba un almacén y despacho de bebidas.
Hacia 1915 aproximadamente, es adquirido por José González Dominguez, un español llegado al país con su madre y dos hermanas en 1877, cuando sólo contaba con cuatro años de edad. Instala allí un Almacén de Ramos Generales que posteriormente amplía a Acopio de Cereales y Frutos del País.
Como posee una familia numerosa que había formado al casarse con una joven de Cayastá en 1899, los hijos mayores lo ayudan en tal emprendimiento.
El negocio resulta totalmente floreciente, motivo por el cual al transcurrir los años, se van sumando a las tareas los hijos menores, además de otros empleados como dos Tenedores de Libros (Juan Fernández y Mariano Más) y otros dependientes.
Con el paso del tiempo el crecimiento del negocio hace necesario que se deba construir un galpón de grandes dimensiones, que aún existe, para almacenar los granos (maní).
La máquina descascaradora de maní funciona en el mismo predio donde se encuentra la casa que es ampliada también hacia el lado norte, con ello se cierra un gran patio interno, con piso de ladrillos, cubierto de un parral y con plantas de jardín, que se conserva en la actualidad con algunas modificaciones.
En julio de 1942 José González Domínguez fallece a los 69 años, el negocio y la propiedad son heredados por uno de sus hijos: Teodoro, que continúa con la misma actividad aunque en forma decreciente hasta 1950, año en que fallece, siguiendo la esposa de éste y sus hijos hasta 1972 en que se cierra definitivamente.
Reseña aportada por la Señora Norma Schaller, integrante del grupo «Amigos del Museo».
El proyecto del Museo del Recuerdo
Cécil (Pocho) González, uno de los herederos, hacia 1995 abraza la idea de formar un Museo para su pueblo, del que siempre se interesó e investigó acerca de su pasado, su historia, su gente, y por los que también, sentía una gran estima. Es así que comienza la búsqueda de piezas que adquiere o recibe en donación.
Estando muy encaminado su proyecto, la vida no le permite ver su sueño realizado ya que muere en un accidente automovilístico en abril de 1996.
Durante casi una década se posterga tan importante iniciativa, hasta que un grupo de vecinos que se autodenomina «Amigos del Museo» la retoma.
Se trabaja arduamente en la refacción del local, acondicionamiento del material existente, recolección de nuevas piezas, selección e inventariado.
La Comuna local y la Senadora Departamental brindan apoyo económico para afrontar gastos que van surgiendo.
El museólogo Don Emilio Leiva, de la ciudad de Santa Fe, en su incondicional y constante apoyo, asesora, estimula, orienta, guía en las tareas específicas de ordenamiento, selección y organización.
Hoy en día se observa con gran agrado y satisfacción que el Museo del Recuerdo es visitado semanalmente por habitantes del lugar, la zona y por turistas que llegan a la Costa, recogiendo expresiones de admiración y valoración hacia la obra concretada.
Se invita también a continuar brindando apoyo y colaboración para el crecimiento y enriquecimiento del patrimonio del Museo.
fuente: www.cayasta.gov.ar