Minas Oro Grueso
Las antiguas Minas Oro Grueso se encuentran ubicadas en el Valle de Punilla, a 122 Km. de la ciudad de Córdoba capital, pasando por las localidades de Pampa de Olaen y Characato.
En las sierras de Córdoba existieron preciados minerales que fueron explotados durante años, pero con el transcurso del tiempo se fueron agotando los yacimientos, siendo abandonados y transformados en ruinas, pero algunas todavía conservan, en el interior de la roca, algunas riquezas.
Una de ellas son las minas de Oro Grueso, que escondidas en medio de montes, teniendo como fondo el murmullo del Río Candelaria, encierran una historia que comienza hace muchos años, cuando los jesuitas habitaban las tierras de La Candelaria.
Los padres jesuitas hicieron muchos estudios del terreno que fueron conocidos en España. Por ese motivo, un joven español Don César Pascual, que tenía el título de adelantado en minería, viajó a estas tierras en busca del importante mineral: el oro.
Don Pascual se estableció en Córdoba, analizó la zona y descubrió numerosos yacimientos.
Se dirigió al Gobierno de la Provincia, y luego de recibir la correspondiente autorización, comenzó la explotación, alrededor de 1860 de manera muy rudimentaria.
Se hacían túneles siguiendo la veta de la roca, con farol, martillo, pico y punta. Por una senda angosta pasaban numerosas mulas que llevaban la piedra de cuarzo aurífero hasta la molienda manual, en pequeños morteros que se encontraban a una distancia de unos 500 metros.
Con el correr de los años se construyó la gran molienda. Se hicieron enormes estructuras de hierro que fueron llevadas río abajo a lomo de mula, a través de una profunda quebrada del Río La Candelaria.
Allí funcionaba por entonces el establecimiento El Molle. Pero todo eso se abandonó hace varias décadas.
En la actualidad y acompañados por los descendientes de Don Pascual, se puede ingresar a uno de los viejos túneles, donde es posible apreciar e imaginar la forma esforzada en que trabajaban los hombres allí para extraer oro.
Hoy hasta se pueden ver vetas en la roca y en el final del túnel, las paredes se presentan tapizadas de los desechos de los murciélagos vampiros que allí habitan.
Cuenta la historia que hacia 1880 se explotaban en la zona de La Candelaria más de 200 minas, que hoy, casi en su totalidad se encuentran abandonadas, pero las sierras allí todavía conservan oro en su interior.
Algunas fueron adquiridas por capitales extranjeros y los habitantes de ese lugar, rodeados con la hermosura y riqueza de la zona, aún abrigan la esperanza que se reabran para contar con una importante fuente de trabajo.
Para mayor información ingrese:
www.cordobaturismo.gov.ar