La Península de San Pedro, a 21 kilómetros del centro de Bariloche, puede ser el lugar ideal para descansar y disfrutar de los buenos amigos después de una intensa semana de esquí en el Cerro Catedral. ¡Hacia allá vamos!
Bajamos del Cerro Catedral exhaustos pero tan felices de haber completado el último día de esquí con nieve polvo desde la base hasta la cumbre, que nos habíamos olvidado de todas las señales de cansancio que nos entregaba el cuerpo. Durante la noche anterior había nevado fuerte y a pesar de seguir durante toda la mañana, el sol reapareció a primera hora de la tarde entregando un día tan glorioso que no daban ganas de bajar de la montaña.
Estábamos invitados a pasar unos días en “Península Petit Hotel”, un sitio encantador al borde de una colina en la Península de San Pedro, que proyecta la vista por encima de las copas de los cipreses que se levantan a la orilla del lago. Lo que no sabíamos era todo lo que íbamos a ser mimados por sus anfitriones a nuestro arribo y durante los tres días de estadía en este magnífico lugar.
Nos recibieron con tres cuencos a tope de chocolate caliente y unas cookies deliciosas que nos devolvieron el alma al cuerpo. Necesitábamos reponer energías y nos desplomamos en el sillón frente al gran ventanal que mira al brazo Campanario del lago Nahuel Huapi y espía al cerro del que habíamos bajado. Frente a nosotros se desplegaba inmensa la naturaleza. Las copas de los cipreses se bamboleaban con el viento esquivando los copos de nieve que reaparecieron para hacer más ameno el final de la tarde. Un enorme coihue abriendo sus ramas hacia el cielo le daba espacio a los radales para desarrollarse en la parte baja del bosque. Las bandurrias festejaban sus capturas, las gaviotas luchaban contra el viento y los cóndores hacían sus últimos vuelos majestuosos sobre la cumbre de los Andes.
Una gran chimenea de piedra acaparaba un fuego de leños encendidos, crepitando su calor hacia el salón en donde nos habíamos instalado. Y enseguida se abrió la palabra. Todos estábamos ansiosos por compartir tantas historias de viajes, aventuras y experiencias de vida, que no pudimos esperar a la cena. Mientras tanto el día se iba apagando y llegó la hora de irse a dormir.
Al día siguiente nos rencontramos con un desayuno al mejor estilo patagónico. De las clásicas tostadas de pan casero, pasábamos a los scons, cuadraditos de brownies y cookies acompañados de dulces artesanales. Había frutas, pequeñas lonjas de ciervo ahumado crocante y fiambres deliciosos. Parecíamos niños degustando todas las exquisiteces que se nos ofrecían.
Habiendo dejado atrás una intensa semana de esquí en el cerro, nos dispusimos a recorrer Bariloche. Fuimos a visitar amigos, almorzamos en los boliches que conocemos y cumplimos con nuestro ritual de saludar al río Limay tomando y buen sorbo de su abundante agua. Esta vez estaba tan fría que necesitamos del calor de los guantes para volver a sentir los dedos en nuestras manos.
Aquella noche nos esperaban más sorpresas. En nuestra habitación encontramos un envoltorio con un puñado de chocolates y unas palabras que agradecían nuestra visita. Por la noche cenamos trucha con nuestros nuevos amigos y extendimos la velada hasta que los leños de la chimenea apagaron su luz para dejarnos acurrucados al calor de las brazas.
Por Ezequiel Lopez (www.librosdeviaje.com.ar)
Lugar: Bariloche | Río Negro | Patagonia Argentina.
Contactos: Avenida Campanario 493 – Península San Pedro – Bariloche – Patagonia Argentina – Teléfono: +54 (0294) 444 8968 / 444 8537 – Cel (Buenos Aires) (011) 15 3 002 9616 – [email protected] – www.peninsulapetithotel.com.ar.
Coordenadas Google Map: -41.055796, -71.481342
Coordenadas GPS: 41°03’20.9″S 71°28’52.8″W
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