A medida que el río Limay se aleja de su naciente en el lago Nahuel Huapi, la estepa va tomando mayor protagonismo en su aventura. A la altura de la represa El Chocón, su cauce recibe las lluvias que caen con fuerza en el desierto y tallan profundos cañadones en su derrotero hacia el lago. Una nueva aventura de la familia que viaja por la Patagonia!.
Luego de un sueño reparador en nuestra motorhome, estacionada a la vera de la ruta en la estación de servicio del Automóvil Club Argentino de Villa El Chocón, nos dispusimos a seguir viaje hacia lo profundo de la Patagonia. A poco de andar, cruzamos por un puente sobre un profundo cañadón que nos alentó a bajar a recorrerlo. En la tierra de los dinosaurios, se presentaba muy tentadora esta alternativa que excavaba naturalmente un gran surco en la tierra en dirección hacia el lago que forma la represa El Chocón, con la posibilidad siempre latente de conseguir algún hallazgo.
Fue relativamente fácil acceder al lecho del río, que en esos momentos estaba seco. Sólo quedaban algunas ollas con algo de agua a la sombra de los aleros que las protegían del sol, con algunos renacuajos y sapos que hacían sonar sus estruendosos cantos contra las paredes de tierra y roca suelta.
Comenzamos a andar en dirección al lago en busca de nuevas sorpresas en cada curva del camino. El suelo arenoso y suelto hacía más pesada la marcha. Varias rocas y grandes bloques de tierra se interponían en el trayecto, caídos desde la altura por la fuerza del agua, que corre con intensidad luego de cada chaparrón. Estos cañadones van tallándose en el desierto a medida que drenan el agua de las lluvias, que en estos lugares, son tan intensas y repentinas, que inundan grandes extensiones en cuestión de minutos, para absorberse o correr barranca abajo hasta los ríos principales.
Las paredes se levantaban cada vez más altas a medida que avanzábamos. Pequeños saltos en el lecho del río daban cuenta de las cascadas que se forman obligando a rodearlas y destreparlas por alguno de los lados para evitar los charcos de agua que quedan en su base. La tierra colorada le imponía un color al aire que se arremolinaba en pequeños tornados de polvo que se abrían paso a través del cañón.
De pronto detrás de una roca observamos un movimiento. Una cola se escabullía a prisa ante nuestra presencia y nos apresuramos hacia el sitio para tratar de averiguar de qué de trataba. Una pequeña culebra se ponía a reparo de nuestros ojos creyendo seguramente que pudiéramos ser nuevos depredadores. Pero lejos de eso, nuestra intención sólo era fotografiarla y dejarla seguir su camino.
Habíamos andado un buen trecho cuando consideramos oportuno emprender el regreso. La sed reclamaba un buen trago y nuestras provisiones habían quedado en la camioneta. Aunque buscamos intensamente, no hallamos restos de dinosaurios. Pero allí están, escondidos para ser hallados por los arqueólogos o puestos en evidencia con alguna gran tormenta en el desierto.
Por Ezequiel Lopez (www.librosdeviaje.com.ar)
Lugar: El Chocón | Neuquén | Patagonia Argentina.
Coordenadas Google Map: https://goo.gl/maps/xqk2qi6xaiJ2
Coordenadas GPS: 39°15’40.9″S 68°51’10.3″W
Fuente y más info: www.librosdeviaje.com.ar
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