El trekking a la Laguna Huemul comienza cruzando el río Azul en un botecito a remo el pie de un cerro.
Una hermosa caminata en un entorno mágico.
En primer lugar se pasa por una chacra con plantaciones de frambuesas para internarse de inmediato en la selva valdiviana, característica de la Patagonia chilena.
Lo singular del valle del Lago Puelo es que fue labrado por las glaciaciones, abriendo un paso cordillerano por donde se cuelan desde Chile la flora y fauna de la selva valdiviana.
Algunas de las especies de esa selva son el guevín, también llamado avellano silvestre; el tique, reconocible por una suerte de “escamas” de color óxido en el tallo; el ulmo de flores blancas y las lianas voqui blanco.
La caminata atraviesa lugares prácticamente deshabitados.
Al ganar un poco de altura sobre la ladera del cerro aparece un bosque de radales y luego otro de ñires gigantes que alcanzan los 40 metros.
El bosque está subdividido en zonas bien delimitadas según las especies, ya que más adelante aparece el bosque de lengas.
En el punto más alto del cerro se llega a una saliente rocosa que forma un mirador natural con vista a la laguna Huemul.
Esta se encuentra semiescondida dentro del gran anfiteatro que forman los cerros Morrudo, Aguja norte y Aguja sur, y el macizo del Motoco, todos cubiertos de nieve los doce meses del año.
En total se caminan 10 kilómetros hasta la cima, en unas tres horas a paso tranquilo con algunas paradas a la vera de arroyos cristalinos que invitan al chapuzón.
En la cima se realiza un picnic con vista al lago.
El circuito completo (ida y vuelta al pueblo) se hace en unas 8 o 9 horas.