La Quiaca está ubicada a 3445 msnm. en pleno altiplano de la puna jujeña en plena frontera argentino-boliviana donde ambas naciones se encuentran separadas por el río la Quiaca.
Posee un población de alrededor de los 15.000 habitantes.
Está situada entre cerros y en medio de un imponente valle de suelos áridos debido a la gran amplitud térmica a la que están sometidos.
La Quiaca seduce a los visitantes atrayéndolos hacia un fuerte encuentro con las culturas milenarias que siguen vigentes entre sus límites.
Es realmente admirable por su paisaje puneño, por sus construcciones de adobe revocado, por las míticas fiestas regionales que homenajean a la madre tierra, Pachamama, por su gente, los coyas, que utilizan una amplia diversidad de colores en sus vestimentas.
Entre estas celebraciones es destacable la «Fiesta de las Ollas» o Manca Fiesta que se desarrolla cada segundo y tercer domingo de octubre , donde abundan las comidas típicas, la música y el baile, y donde el trueque se convierte en un modo de relación intercultural.
El visitante siente un fuerte encuentro con diferentes culturas milenarias cuando transita los alrededores, encontrándose con las aldeas y los poblados más interesantes del noroeste, diseminados en una región que fue habitada antes de la colonización española por el Imperio Inca.
La Quiaca es parte del Circuito de la Puna, imponente por su naturaleza.
La Quiaca presenta una perfeccionada infraestructura turística e increíbles excursiones que permiten conocer hasta el último rincón y maravillarse con sus bellezas naturales y culturales.
Entre las visitas obligadas destacamos la Laguna de los Pozuelos, Yavi, el Cerro de los Siete Hermanos y todo el circuito de la Puna.
Estos son algunos de los puntos más importantes de la región.
Es uno de los lugares preferidos para realizar actividades naturales como montañismo y otros deportes de riesgo.
Las personas que visitan esta zona y que no están acostumbradas a estar en regiones con gran altura deben tomar todos los recaudos para no ‘apunarse’.