Ya nos nevó, nos llovió, se nos rompió el auto y la casa rodante, estuvimos solos, acompañados y conocimos gente muy interesante.
Dormimos en la ruta, en estaciones de servicio, en campings, ríos y lagos, en el medio de la nada y en el medio de todo. Dormimos en casas de desconocidos que se hicieron grandes amigos. Aprendimos a recibir ayuda sin tener que pedirla y descubrimos que el mundo está lleno de gente buena.
Ya nos enfermamos y nos recuperamos, lloramos y nos reímos, trabajamos y descansamos, pasamos frío y casi nunca calor.
Visitamos cascadas, termas, géisers, volcanes, ríos y lagos, embalses, montañas verdes, amarillas y rojas, ciudades grandes y pueblos de 40 personas. Improvisamos y nos apegamos a un plan.
Disfrutamos de una experiencia única en familia, unidos los tres, de otra forma sería imposible.
Acompañados por el cariño de nuestra familia y de tanta gente que se toma el tiempo de mandarnos un mensaje «Abríguenlo a Teo que hace frío!», y que nos abre la puerta de su casa y nos brinda su apoyo «Cuando estén por Córdoba pueden pasar a mi casa».
Vivimos un momento privilegiado, rodeados de amor y de experiencias inolvidables. Pero cuando miramos atrás a ese día en el que se nos ocurrió la idea de éste viaje vemos mucho trabajo y esfuerzo para convertirlo en realidad.
Les dejamos un resumen de lo que fueron estos tres meses para nosotros y les agradecemos a todos por su constante apoyo.
Esperamos que les guste, suban el volumen!!!
Viajando con Teo powered by Tripin :: https://www.viajandoconteo.com/el-viaje/