La «Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento» comenzó sus primeras actividades dentro de un edificio precario junto a la Escuela Nº 16, gracias al esfuerzo de Marta Verón de Mora, por los años 1927 y 1928.
El primer sello conocido de la Asociación Biblioteca Sarmiento informa que fue fundada el 21 de marzo de 1928, y las actas existentes comienzan con fecha de 21 de mayo de 1938.
Debido a su rápido crecimiento, el director de la escuela, Emilio Hass, solicita un terreno, pedido cumplido día 30 de noviembre de 1932, cuando el presidente Agustín Justo dicta que se reserve para la Biblioteca la fracción Este del solar D de la manzana 5 del pueblo de San Carlos de Bariloche.
En una ceremonia documentada fotográficamente, se coloca allí la piedra fundamental de la Biblioteca. Sin embargo, cuando la dirección de Parques Nacionales comenzó a estudiar la ubicación del Centro Cívico y la remodelación de la costanera, luego de efectuar algunas expropiaciones sobre la última, conviene con la Biblioteca un intercambio, entre el terreno que tenía en la manzana 5 (donde hoy se levanta la Catedral), por un edificio destinado a perpetuidad (que en 1947 bajo la resolución Nº 9070, el administrador general de Parques Nacionales, Coronel Napoleón Irusta convierte de cesión perpetua cesión precaria) a la Biblioteca en el Centro Cívico, ubicado en el sector Noreste.
Inaugurado el Centro, el 9 de mayo de 1940 la Biblioteca celebra la primera reunión de la Comisión Directiva en su local propio, aunque vacío. Se trasladan entonces los 1250 volúmenes y se habilita al público el salón de lectura el 11 de septiembre, día del aniversario de la muerte de Sarmiento.
Desde ese momento la Biblioteca gestiona su personería jurídica, que llevará el nombre de Asocioción Biblioteca Sarmiento. Hacia 1941 la existencia de libros era de 2000 volúmenes, y para fines de 1954 el inventario trepó a la suma de 10.000 libros.
Más tarde, fue obligada a ceder sus salas a la Dirección de Turismo primero y a Prefectura después, pero luego de una tensa relación, finalmente se las devolvieron en 1990. En el año de 1976, el 2 de septiembre un grupo de uniformados, retiran 207 libros considerados “subversivos”. Se detiene a la bibliotecaria.
Entre los libros secuestrados se encontraban: “La importancia de llamarse Ernesto”, “La Revolución Industrial” y “Los grandes maestros soviéticos”… un libro de ajedrez.
Además de las salas donde se desarrollan las actividades específicas de la biblioteca, en el primer piso del edificio se ubica un pequeño salón de actos.
Este salón lo administra la biblioteca, siendo utilizado para montar representaciones teatrales, presentaciones artísticas, conferencias y otras actividades culturales en general.
fuente: wikipedia.org
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