Villa Tulumba es un pueblito tranquilo y pintoresco ubicado a 143 kilómetros de la Capital cordobesa, la ciudad de Córdoba.
Sus avenidas aún conservan un aire de otro tiempo, con calles empedradas, farolas antiguas y construcciones que datan del 1900.
Este pintoresco pueblo es parte del circuito de Pueblos Históricos de la Argentina.
Este circuito busca «reconocer, rescatar y poner en valor poblados históricos de todas las provincias».
Villa Tulumba sin dudas cumple con todos los requisitos para formar parte de este emblemático circuito.
Que tal si comenzamos nuestro recorrido
La iglesia de Nuestra Señora del Rosario, del año 1882, es uno de los tesoros de Villa Tulumba.
En su interior se pueden encontrar pinturas del artista plástico Martín Santiago y la imagen de la patrona de la Villa, protagonista de las celebraciones anuales que se realizan en su honor durante los primeros días de octubre.
Cuenta la historia que allá lejos en el año 1881 Fray Mamerto Esquiú colocó la piedra fundamental del templo.
Este templo cobijaría tesoros como un tabernáculo jesuítico tallado en cedro paraguayo, un Cristo articulado de facciones mestizas y el conjunto de frescos neorrománicos que Martín Santiago -discípulo del paisajista Fernando Fader- pintó sobre la cúpula abovedada: los 12 apóstoles y los cuatro evangelistas.
Debajo de la multitud celestial, la Virgen de 1592, celebrada en andas por la multitud cada primer domingo de octubre.
Afuera, otro viaje al pasado: las ruinas de la antigua capilla, nada menos que de 1698.
Otro de los íconos del pueblo es el de las “Cuatros Esquinas”, inspiración de un sinnúmero de artistas.
Además, el recorrido de la Calle Real lleva al visitante a enamorarse de casonas edificadas en el siglo XVII; entre ellas, la “Casa de los Reynafé”, con paredes de adobe.
Construidas a unos kilómetros del lugar donde ocurrió la masacre de Barranca Yaco que terminó con el asesinato del general Facundo Quiroga en 1835.