Una especie de “cráter” gigante de 50 metros de profundidad apareció de repente en la Península de Yamal a raíz de la fusión del permafrost debido a las altas temperaturas.
Según lo afirman los especialistas, no es el primero ni probablemente sea el último, pero si ha llamado la atención por su tamaño y rapidez de formación.
El permafrost es la capa de terreno situada bajo la capa de suelo activa, que se encuentra permanentemente congelada. Tiene una edad geológica de unos 15.000 años y se encuentra en las regiones más frías del planeta.
En su interior acumula una gran cantidad de gases como por ejemplo el metano, fruto de la descomposición orgánica de plantas que quedaron atrapadas en el durante el proceso de congelación.
Esta capa se está deshaciendo debido al cambio climático y al aumento de temperaturas que se vive a nivel global.
Este año el Ártico se ha enfrentado a altas temperaturas e incluso incendios, llegando a alcanzar hasta 38ºC en algunas regiones muy frías.
Sucede que cuando se producen cambios drásticos y bruscos en el permafrost, pueden provocar que los gases atrapados en él asciendan a la superficie rápidamente produciendo una especie de “explosión”.
De entre todos los gases que se pueden encontrar, uno de los principales que se acumula en el permafrost es el metano, que a mucha presión puede explotar y dar lugar a estos enormes agujeros, ya habituales en la región siberiana. ¡Este sería el número 17!
Otras de las grandes amenazas a las que nos enfrentamos con la fusión del permafrost es que este gas se libere a la atmósfera incrementando los efectos, aún más, del calentamiento global.