3 mitos urbanos de Buenos Aires que te van a sorprender

En plena capital federal se esconden lugares únicos, que esconden leyendas que seguramente no conocías.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Obelisco

La cantidad de mitos urbanos de Buenos Aires que existen son difíciles de poder contar.

Tantos como la misma historia de esta gran ciudad.

En este caso te traemos 3 para que te sorprendas con estas increíbles historias de la Ciudad de Buenos Aires.

Parque Chas: un laberinto sin salida

El primero de los mitos urbanos de Buenos Aires arranca con un barrio bastante particular.

Quien conozca el barrio de Parque Chas, ubicado al oeste de la capital porteña, sabrá que es un barrio tan pequeño como de difícil ubicación para quienes no son de la zona.  

Limita con los barrios de Villa Urquiza al norte, Villa Ortúzar al este, La Paternal al sur, y Agronomía al oeste.

Parque Chas desde arriba

Existe en el barrio una manzana acotada por las calles Berna, Marsella, La Haya y Ginebra. Por la curiosa geografía de estas calles, resulta imposible dar la vuelta a la manzana. Si alguien lo intenta, aparece en cualquier otro lugar de la ciudad.

Cuenta la leyenda que en 1957 un grupo de exploradores franceses aceptó el desafío y desembocó inexplicablemente en la estación de Villa Urquiza.

La historia nació de un cuento de Alejandro Dolina, Crónicas del ángel gris, que concluye: «En realidad no conviene acercarse a Parque Chas«.

En otra oportunidad, unos catalanes decidiron dividirse formaron dos equipos y caminaron en dirección opuesta con la idea de que se encontrarían en la mitad.

Aunque, tras un largo rato, uno de los grupos apareció caminando detrás del otro.

A pesar de ser una historia ficticia, la anécdota perduró y muchos la cuentan como si en verdad hubiera sucedido.

La historia oculta detrás de la Facultad de Ingeniería

El segundo de los mitos urbanos de Buenos Aires está ligado con un edificio muy emblemático de la ciudad.

Este es el edificio de la Facultad de Ingeniería, también conocido como la Catedral.

Este ocupa la media manzana comprendida entre la avenida Las Heras y las calles Pacheco de Melo, Azcuénaga y Cantilo, en Recoleta.

Es un anexo de la casa central, ubicada sobre la avenida Paseo Colón a la altura de Independencia.

Décadas atrás, supo ser sede de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.

Comenzó a construirse en 1912 bajo las órdenes del reconocido ingeniero Arturo Prins, que en ese entonces apunta a construir el edificio neogótico más sorprendente de la ciudad.

Años más tarde, en 1938, cuando ya había finalizado la primera etapa de la construcción, misteriosamente se frenó la obra.

No tardaron en surgir diferentes teorías respecto del freno de la construcción.

Algunos hablaron de que los costos habían superado lo presupuestado y otros que los planos tenían un error de cálculo que, de continuar la obra, la edificación se derrumbaría.

En uno de los barrios más costosos de la capital federal se puede ver la obra inconclusa de la Facultad de Ingeniería.

Prins murió un año después, en 1939 y muchos afirmaron que se había suicidado por no haber podido concluir su obra, rumor que empezó a circular incluso antes de su muerte.

Poco más de una década más tarde, en los años 50, un estudiante quiso retomar el proyecto y armó una tesis para continuarlo.

No sólo no lo pudo llevar a cabo sino que además jamás se recibió.

A partir de ese momento, nadie más se animó a continuar el edificio de Avenida Las Heras, en el barrio de Recoleta, imponente e inconcluso.

Reservito, el monstruo de la Reserva Ecológica

El último de las mitos urbanos de Buenos Aires es de lo más increíble.

Resulta que entre 1970 y 1980 se creó la Reserva Ecológica de Costanera Sur.

Formalmente se inauguró en 1986 y desde ese año que se escucha hablar de la leyenda de Reservito.

Esta sería una criatura con tamaño de perro y cuerpo de rata que habita en este espacio verde de 350 hectáreas y nadie sabe cuándo volverá a aparecer.

La Reseva Ecológica de Costanera Sur, el hogar de «Reservito«

Si bien no se han contabilizado víctimas del Reservito, se dice que es de un comportamiento altamente territorial y bastante agresivo con los seres humanos, por lo que el mejor recurso ante una aparición repentina es la huida.

Entre tanta flora y fauna resulta difícil reconocer todas las especies y nadie se anima a realizar un diagnóstico acabado.

Así nació la leyenda de “Reservito”, que según diferentes testimonios, se alimenta de carne humana y persigue a quienes caminan tranquilamente.

En reiteradas oportunidades distintos grupos de jóvenes se han organizado para enfrentarlo, pero nunca han tenido éxito.

Sin hallazgos de cadáveres ni desapariciones inexplicables, “Reservito” ha hecho lo suficiente como para aparecer y desaparecer sin que nadie pudiera probarlo.

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