En 2019 Francia fue el país que mayor cantidad de turistas registró en todo el mundo, alcanzando la impresionante cifra de aproximadamente 90 millones de visitantes de todo el mundo.
Económicamente, el turismo representa para los franceses un 7,2% del PBI. Es por eso que el primer ministro francés, Edouard Philippe, presentó un masivo plan de relanzamiento del sector turístico, que representa unos €18.000 millones (u$s19.400 millones) en las finanzas públicas del país.
«El turismo debe hacer frente, probablemente, a la peor prueba de la historia moderna, está entre los buques insignia de la economía francesa y su salvataje es por lo tanto una prioridad nacional», aseguró Philippe.
Además, confirmó que: «Los franceses podrán salir de vacaciones dentro de Francia en julio y agosto de este año«, aunque advirtió sobre la «posibilidad de restricciones muy localizadas», contemplando la evolución de la pandemia impulsada por el COVID-19. Cabe mencionar que los galos computan, según las estadísticas oficiales actualizadas hasta el momento, más de 141.000 contagiados y 27.425 muertes.
La cuarentena francesa se levantó hace unos días, más precisamente el 11 de mayo, lógicamente con algunas precauciones. Antes de que eso sucediera, Philippe ya había dicho: «No aconsejo planificar viajes lejos de Francia, ¿Podemos reservar una casa, un alquiler, un lugar para acampar o un hotel en julio o agosto en Francia o en el extranjero? Me temo que no es razonable imaginar viajar muy lejos al extranjero”, intentando concientizar a los turistas.
Por otra parte, el presidente de la de la Unión Nacional de Asociaciones de Turismo, que promueve la práctica vacacional, le afirmó al medio Efe que solo restaría un plan de ayuda para que los más desfavorecidos puedan tomarse vacaciones este verano. Resta esperar para ver cómo se desenvuelve el sector turístico entre los galos, que no podrán contar con turistas extranjeros, lo que sin dudas representará pérdidas económicas millonarias.