La localidad santafesina de Melincué, ubicada a 287 km al sur de la ciudad de Santa Fé y a 346 km de Buenos Aires, es el punto de acceso al mayor espejo de agua de la región, una laguna que ofrece al visitante diversas opciones para el contacto directo con la naturaleza.
Las aguas de la laguna Melincué son especialmente indicadas para el tratamiento de afecciones reumáticas, pesca y deportes náuticos; en tanto que sus costas son aptas para el campamentismo, el avistaje de flamencos y otras especies de aves.
Considerada como un gran spa natural, lo que fue respaldado por la Sociedad Argentina de Estudios Termales, se encuentra acondicionada para permitir al turista la desconexión con la rutina diaria; sus aguas y barros terapéuticos llevan al máximo la sensación de serenidad y placer.
Las aguas termales son indicadas especialmente para el alivio de afecciones reumáticas; y sus barros minerales, ideales para tratamientos de belleza y relajación, constituyen su propuesta central sin agotar en eso sus atractivos.
Con una extensión de 12.000 hectáreas, la laguna alberga un conjunto de seis islas; en la llamada Isla Mayor están las Ruinas del Hotel Balneario, una complejo de 34 habitaciones que tuvo su esplendor durante la década del 30 y que fue abandonado en 1975 tras dos inundaciones.
Los distintos paisajes, el color de sus aguas durante el amanecer o el atardecer, el sol, la luna, el cielo y las aves, hacen que cada visita sea diferente, convirtiéndolo en un lugar que se disfruta durante todo el año.
La laguna es de relevancia turística a nivel regional y de importancia internacional por el grupo de aves residentes y migratorias, principalmente aves acuáticas, que pueden avistarse en el área natural de su cuenca.
Es significativo mencionar la presencia de una importante cantidad y variedad de flamencos: el Austral, que nidifica en la laguna y el Andino, que cohabitan ambos junto a otras aves acuáticas, residentes y migratorias, como cisnes y cigüeñas, todas especies de alto valor paisajístico.
El sitio es utilizado principalmente como área de alimentación y descanso por estas aves, que además se reproducen también allí.
La vegetación de la zona es de neto carácter pampeano, existiendo vastas comunidades herbáceas, que disputan el terreno con praderas y estepas.
La laguna fue declarada Capital del Turismo Termal por la Cámara de Senadores de la Provincia de Santa Fe y Reserva de Usos Múltiples Humedal Laguna Melincué, por Ley Provincial N° 11.634 de 1998; también fue designada Sitio AICA (Área Importante para la Conservación de las Aves) en 2005, y Sitio Ramsar, en 2008, por organizaciones ecologistas argentinas e internacionales.
Respecto a las posibilidades de alojamiento, Melincué brinda al viajero diferentes opciones entre campings, hosterías y hoteles.
El turista podrá también pasar un momento agradable en las instalaciones del casino habilitado en la ciudad, desafiando al azar y disfrutando de los shows que se brindan en forma permanente.
El acceso a la ciudad y a la laguna, recostadas sobre la ruta provincial 90, se realiza a través de rutas pavimentadas que cruzan la cuenca y conducen hacia distintos puntos del país: la ruta nacional 8, tanto de Buenos Aires como desde Mendoza y la ruta nacional 33, desde Bahía Blanca o Rosario.