Poco falta ya para que comience la temporada de pesca con mosca en la Patagonia y el pueblo Río Pico en la provincia de Chubut, es un excelente lugar para despabilarse de la abstinencia de un largo invierno. Aventurate a una nueva bitácora de la familia que viaja por la Patagonia | Libros de Viaje |….
Tenemos el dato de un sitio en donde se pesca muy bien y hacia allá nos dirigimos. Sin embargo, la información es limitada y los mapas entregan pocas precisiones. Paramos en el pueblo Río Pico de escasos 900 habitantes para tratar de conseguir algún detalle que nos ayude a dar con el lugar, pero no hay planos de caminos ni testimonios de locales que nos orienten hacia la zona que buscamos. Los buenos rincones patagónicos son siempre un misterio celosamente guardado.
El cielo amenaza lluvia. El tiempo aún esta frío, pero cada tanto el sol logra filtrar algún rayo de calor entre las nubes. Es mediodía y el pueblo está en calma. Compramos algunas provisiones en la única despensa abierta a esta hora y salimos al camino. Las gotas de agua se desprenden de las nubes y mojan el ripio de un camino lleno de curvas que se contorsiona con los perfiles de las montañas. A medida que avanzamos nos elevamos por sus laderas y caemos bruscamente hacia lo profundo de sus valles.
Bajamos por una pronunciada pendiente y llegamos al Lago 3. Una cabaña de madera humea sus leños por la chimenea, pero nadie responde a nuestras palmadas. El camino continúa por la orilla, tan cerca del agua que el viento logra salpicarnos. Al fondo del lago nos topamos con una tranquera. Por suerte la lluvia amainó y nos permite abrirla sin mojarnos. Unos metros más adelante, la huella se interrumpe en unos pozos tan grandes que debemos esquivarlos por el campo. Las raíces de un gran ciprés agregan dificultad al asunto. A los saltos y abriendo huella frente a la mirada atónita de las ovejas, volvemos al camino inundado que desciende por la montaña. La lluvia se hace presente nuevamente pero nada interrumpe nuestro paso hacia el río Pico, famoso por la calidad de sus truchas.
De repente, un par de vacas Hereford interrumpen nuestro paso. Pese a la clara amenaza que representamos, parecen no inmutarse. Debemos acercarnos a escasos tres metros para que decidan hacerse a un lado y dejarnos seguir hacia adelante. Abrimos otra tranquera, que no es más que la continuidad del alambrado sostenido con un palo, y un tentador letrero anuncia “Solamente Pesca con Mosca”.
Este es el sitio. Un par de kilómetros más adelante está el casco de la estancia de Don Pube, quien nos recibe con unos cuantos perros que se muestran felices de las visitas. Una ronda de mate y los arreglos de nuestra estadía en su campo es todo lo que necesitamos antes de instalarnos en un potrero a unos pocos metros de una línea de sauces que bordea el río. Armamos las carpas, reunimos algo de leña para el fogón de la noche y nos encaminamos hacia la orilla. La Patagonia se abre inmensa ante nosotros. El río fluye sereno acariciando las ramas de los árboles que rozan el agua. Una legión de insectos sobrevuela por el aire produciendo un leve zumbido que resuena en todas partes. En un pozón poco antes de la corredera, se escucha el chapuzón de una trucha. ¡Estamos donde queríamos estar!
Coordenadas: -44.1798, -71.3685
Lugar: Río Pico / Chubut / Patagonia Argentina.
Fuente y más info: librosdeviaje.com.ar