Libros de viaje en el Río Arrayanes

Uno de los ríos más fantásticos y motivadores de la Patagonia por su fisonomía encajonada entre paredes de roca colmadas de ñires y alerces centenarios, sus aguas cristalinas y la suave correntada que fluye hacia el lago Futalaufquen. Una nueva aventura de la familia que viaja por la Patagonia, esta vez, en el Rio Arrayanes en el Parque Nacional Los Alerces.

Desde mis primeros pasos en este deporte, los ríos me han cautivado mucho más que los lagos para practicar la pesca con mosca. Será quizás porque en un hilo de agua que se escapaba del curso principal, se me escabulleron los primeros peces cuando intentaba atraparlos con tan sólo unos rudimentarios guantes para la nieve y que nada podían hacer contra la habilidad de esos pequeños alevinos. O acaso es que en ellos puedo recorrer sus costas y caminar al reparo de enormes alerces, coihues, cipreses, lengas e incluso arrayanes como ocurre en este río homónimo.

Tal vez sean esos rastros de niño que todavía conservo, por suerte gran parte del tiempo, que se deleitan cada vez que vadeo su orilla en busca del sitio adecuado para depositar mi mosca. Quizás sea la atracción que ejerce el cruce por su lecho y hacer frente a la correntada en dirección a alguna isla que acumuló las piedras arrastradas por el deshielo.

Al pescar estos ámbitos, se pueden sentir los aromas que dejan escapar las plantas, dispersos por el viento que sopla a lo largo del bosque y juguetea a su paso con los sonidos de las hojas en constante movimiento. El salto de una trucha fuera del agua, resuena más fuerte contra la copa de los árboles y entre las paredes de roca, que aceleran los rápidos lamentos del río.

Los cursos de agua siempre deparan agradables sorpresas detrás de cada curva. Un tronco caído que se interna en el lecho es cómplice en la formación de un pozón que demarca el territorio de alguna trucha grande. Se puede apreciar el flujo que se eleva bruscamente sobre una gran roca inamovible de su lugar de descanso, anclada varios metros por debajo de la superficie.

Se oye el “toc toc” de un carpintero macho de cuello rojo que resuena entre los árboles, o verse las caras con un martín pescador de pecho azulado que apostado inmóvil en la rama de un sauce, espía el movimiento de los alevinos a la espera del menor descuido. Son comunes los borbotones de una trucha marrón esquiva detrás de los juncos que delatan la pereza de la corriente en aguas poco profundas, mientras las golondrinas y sus vuelos rasantes sobre las moscas aseguran una buena presentación del engaño.

Y son infinitamente agradables las largas caminatas en solitario por la orilla del río, en busca del lugar adecuado para hacer volar la línea, cuando los sentidos se concentran para percibir todo lo que nos entrega el bosque y la mente viaja a los lugares más insólitos, incentivando a la imaginación a develar el próximo pique. Hacia allá vamos.

Por Ezequiel Lopez de Libros de Viaje

Lugar: Parque Nacional Los Alerces | Chubut | Patagonia Argentina.

Coordenadas para Google Map: -42.7533,-71.7500
Coordenadas para GPS: 42°45’11.9″S 71°45’00.0″W

Fuente y más info: www.librosdeviaje.com.ar. Libros sobre Patagonia, viajes, outdoor y deportes.

Salir de la versión móvil