La Manka Fiesta o Fiesta de la Olla de barro cosido, es un acontecimiento de pura raigambre nativa realizada desde antes de la llegada del español.
Año tras año en la ciudad de La Quiaca provincia de Jujuy, iniciándose el tercer Sábado de Octubre hasta el último día del mes, se congregan campesinos que produjeron durante el año productos relacionados a su medio ambiente para intercambiar con el sistema del “trueque” por productos que a ellos les hace falta.
Esta es una las más tradiconales fiestas de la zona de La Quiaca, se lleva a cabo el tercer domingo de Octubre y dura hasta fin de mes.
En La Manka Fiesta se reunen mercaderes de toda la Puna en esta colorida feria de trueque para intercambiar sus productos.
Se le dice también Fiesta de las Ollas porque las ollas son un producto destacado.
Concurren a la Manka Fiesta personas del altiplano boliviano, trayendo todo tipo de alfarerías: ollas, tinajas, platos de barro cocido y otros objetos de alfarería más primitiva.
También llegan habitantes de la Puna jujeña, con tejidos de lana de llama, barracanes, picotes, chalonas, papas, chuño.
Los pobladores de los valles vecinos traen frutas disecadas, semillas, sombreros ovejones y canastos.
Abunda la comida regional, música y bailes en típicas carpas.
Hay música de quenas y anatas, retumbo de cajas, chisporrotear de charangos.
Las coplas de amor así como los regateos sin fin en quechua y en español son parte del ambiente en este evento.
Hay cantos y bailes; “encuentros” y apresurados romances al mejor estilo Puneño: pocas palabras, mucho juego de manos y hechos concretos al anochecer entre arenas blandas y telares confidentes.
Artesanos exhiben sus creencias a la par de orgullosos plateros que sonríen con un ojo en tanto que con el otro vigilan sus filigranas.
No faltan los brujos o chamanes, un poco médicos, pero fundamentalmente yuyeros sabios que con todo lo curan, todo lo adivinan y lo solucionan.
Los canastos sin orden ni concierto exponen mil chucherías, revueltas y ansiosas por mudar de alojamiento.
Entre ellos se camina, se come y también se duerme.
Los ponchos multicolores llaman los ojos de todos “Mucho poncho, poca plata” protestan los que venden a los que quieren comprar por nada.
El lugar del encuentro de los puneños se sitúa cruzando el río Toro Ara, desde La Quiaca hacia Yavi, a campo abierto.
fuente y más info: turismo.jujuy.gov.ar