Roman Trofimov nació en Johvi, Estonia. Sin embargo, su domicilio en los últimos días estuvo en un aeropuerto de Manila, capital filipina.
El 20 de marzo de este año, ya con el covid-19 propagándose en casi todo el mundo, Román tomó un vuelo de la aerolínea AirAsia desde Bangkok hacia Manila y, desde ese día, estuvo atrapado sin pasaporte en una terminal de salidas del aeropuerto internacional Ninoy Aquino durante más de tres meses.
Sucedió que el estonio se encontraba viajando alrededor del sudeste asiático. Perdió su pasaporte antes de hacer el trámite de migración hacia Filipinas y el inconveniente coincidió con el estallido de la crisis por el coronavirus.
Esta sucesión de eventos desafortunados dejó al estonio en una situación más que compleja. En primer lugar, desde Filipinas le prohibieron la entrada al país, mientras las fronteras de Tailandia se cerraban a sus espaldas por la propagación del coronavirus. Por increíble que parezca, Román no tuvo alternativa, el aeropuerto se convirtió en su nuevo hogar.
«La aerolínea me dijo que tenía que esperar a que terminara la cuarentena comunitaria, antes de que se me permitiera volar. He estado esperando aquí desde entonces«, explicó el turista mientras estaba varado en Manila.
Roman aseguró que le pidió ayuda a su embajada, pero el vuelo de repatriación nunca llegó. Mediante un comunicado, el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia se refirió a su situación: «Hay que tener en cuenta que voló a Filipinas en un momento en el que los países habían anunciado situaciones de emergencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores había emitido una advertencia de viaje«, expresó.
Durante tres meses y medio, Trofimov durmió, se bañó y comió (gracias a las donaciones del personal) en el aeropuerto internacional de Manila. «No tuve otra opción que hacer mi caso público para que lo difundan las agencia de noticias», expresó.
Finalmente, en el día número 109 de su travesía, se confirmó el vuelo que lo trasladará de regreso a su verdadera casa, en Tallin, capital de Estonia.
«Gracias a la ayuda de Dios y a todos los que me apoyaron durante este momento difícil, ¡ahora estoy volando de regreso a casa! Mi avión aterrizará en Tallin el 8 de julio a las 13:20. Gracias a todos los que distribuyeron información en la red, me dieron consejos y me apoyaron con palabras amables. ¡Juntos lo logramos!«, escribió en su cuenta de Facebook, aliviado y feliz.