El Parque Miguel Lillo de Necochea es el séptimo lugar mágico 2014 de Argentina, elegido por los usuarios. El mágico parque ubicado frente al mar cuenta con 640 hectáreas de reserva forestal y más de un millón de especies arbóreas en su mayoría coníferas. Conocelo ahora mismo en la nota de Tripin.
El Parque Miguel Lillo de Necochea cuenta con 640 hectáreas de reserva forestal y más de un millón de especies arbóreas en su mayoría coníferas. Se ubica en un predio frente al mar, en forma paralela a la costa, entre las avenidas 2 y 10. El acceso al parque es gratuito y es ideal para recorrerlo a pie o para la práctica de ejercicios aeróbicos.
El Parque Miguel Lillo comenzó a gestarse en el año 1948 y las tierras que hoy ocupa pertenecían a la familia Díaz Vélez, que habitaban en una casona de estilo colonial (hoy Museo Histórico Regional) rodeada de cuatro hectáreas de bosque de eucaliptos y cipreses. El resto de tierras eran dunas vivas que se trasladaban por la acción de los vientos.
El Ing. Edgar Gatti se haría cargo de tal ardua tarea siguiendo el esquema de los emprendimientos similares creados en la costa atlántica de la Provincia en razón de la Ley de Defensa de la Riqueza Forestal y la de Forestación.
Los primeros tiempos fueron muy difíciles, se empezó a trabajar con especies que presentaban buena adaptabilidad a las condiciones edaclimáticas imperantes, como lo son las acacias, tamariscos, transparentes y algunas coníferas. Esta tarea fue precedida por la construcción de quinchados, es decir barreras de ramas y tamariscos. Para brindar cierta protección al futuro bosque (barreras que debieron ser renovadas una y otra vez).
El Parque jugó un papel fundamental en la recuperación del territorio, en su consolidación y en el desarrollo urbano, en otras palabras fue la gran obra que se requería para combatir la condicionante ecológica del desarrollo urbano.
Poco a poco fue surgiendo un magnífico bosque construido por cinco variedades de pino Piñonero, de Alepo, Insignis, Marítimo y Thunberggi, a cuyo reparo prosperaron otras especies (plantas herbáceas y arbustos de una sorprendente variedad) que coadyuvaron y permitieron frenar el avance de las arenas y por lo tanto generar las condiciones habitabilidad que requiere todo asentamiento urbano y un uso intensivo del propio parque de carácter turístico-recreativo.
Su nombre evoca a un reconocido botánico tucumano que luchó por la preservación de los espacios verdes.
El área más transitada cuenta con un trencito para chicos, fogones, jardines, una plaza con una fuente y un reloj de sol, un anfiteatro al aire libre con capacidad para 1.500 personas en el cual se organizan espectáculos en verano, museos, áreas para la práctica de deportes, sector de parrillas, circuito aeróbico, pista de ciclismo, sectores para el alquiler de caballos y carrilindos (bicicletas dobles), un jardín de rocas ubicado frente al mar, campings, juegos infantiles, y el lago de los cisnes.
Pero este es sólo el comienzo de un recorrido que se puede emprender por entre los maravillosos senderos y paisajes que la naturaleza a pleno nos puede enseñar.
fuente y más info: necochea.tur.ar