Muy cercano al límite con Bolivia, en la Puna de Jujuy y entre las localidades de Cusi Cusi y Liviara, a más de 4400 msnm, se encuentra el Valle de la Luna en el paraje Matancillas, una depresión profunda de lava, escoria y basalto de aproximadamente 60 km de diámetro con farallones volcánicos de hasta 800 metros promedio: un lugar mágico en el norte!.
El escenario hace olvidar al viajero que en realidad está circulando a más de cuatro kilómetros sobre el nivel del mar. Y que las colinas son formidables montañas de 5000 metros de altura, o más.
Es la Puna jujeña. Terruño de extremos. Ese altiplano donde raras veces una nube se atreve a eclipsar el sol pues se dan apenas 40 jornadas por año con cielo cubierto. Y una atmósfera cuya sequedad corta los labios y raja la tierra. A través de este paisaje casi irreal serpentea un camino de ripio partiendo de Abra Pampa en dirección al Monumento Natural Laguna de los Pozuelos. Pasa por Tanquiches y Abra Moreta para cruzar el curso del Colquimayo.
Hay que seguir este solitario desvío para alcanzar la región limítrofe con Chile y con Bolivia cuyo punto compartido es el volcán Zapaleri.
El recorrido rodea en amplio círculo la prominencia mayor de toda esta comarca: el cerro Granados. Un estrato volcán de casi 5700 metros a cuyo cráter le falta una porción, que seguramente voló en la última gran explosión. La leyenda dice que el cono primitivo fue proyectado a gran distancia y cayó al sur de la laguna de los Pozuelos, como a 50 km de distancia: es el Pan de Azúcar.
En el camino, y ya casi llegando a Cusi Cusi, de repente los sentidos se estremecen ante una vista grandiosa. Un cartel con una cámara fotográfica pintada reza Valle de la Luna . Pero por la tonalidad de las formaciones rojizas debería llamarse Valle de Marte. En medio de este paisaje de volcanes, de efluvios de lava negra y gris, de riscos de basalto y de arenales, ¡semejante poema polícromo. Sin embargo, para presenciar este espectáculo es imprescindible enfrentar y resistir la falta de oxígeno, no sólo por la magnitud de la naturaleza sino tambien, por las restricciones que impone la puna.