Teatro Nacional Cervantes

El Teatro Nacional Cervantes es el único teatro nacional de la Argentina. En 1995 fue declarado Monumento Histórico Nacional y constituye una de las principales salas de teatro del país.


Se inauguró en 1921 con la puesta en escena de La Dama Boba, de Lope de Vega.
Sus primeros dueños fueron la actriz española María Guerrero y su esposo Fernando Díaz de Mendoza.
Sin embargo, debido a dificultades financieras, al cabo de tres años el matrimonio se vio obligado a vender el teatro, y desde entonces este depende del Gobierno nacional.
Se lo llamó Cervantes en homenaje al literato español autor de Don Quijote de la Mancha.
Muchos de los elementos que decoran el interior del Cervantes –como azulejos, vitrales, herrería artesanal, butacas, cortinados y tapices– se fabricaron en España.

Incendio y recuperación del Teatro Nacional Cervantes

El sábado 10 de agosto de 1961, el Teatro Cervantes sufrió un importante incendio que destruyó gran parte de sus instalaciones.
Gracias al accionar del telón de seguridad, los daños no fueron totales, pero el Estado asumió la reconstrucción y recuperación del edificio, y aprovechó para incorporar un nuevo anexo. Este edificio, de estilo moderno, fue proyectado por el estudio Mario Roberto Álvarez y Asociados y posee tres subsuelos, planta baja y trece pisos altos.
La superficie ganada permitió una nueva sala con un escenario de mayores dimensiones, talleres, salas de ensayo y depósitos. Fue abierto de nuevo en 1968.

Salas

El Teatro Nacional Cervantes cuenta con tres salas tanto para representaciones teatrales como de otras ramas artísticas. La sala principal es la «María Guerrero», con capacidad total para 860 espectadores, que cuenta con una platea principal para 348 personas, palcos y balcones.
La sala «Orestes Caviglia», instalada donde antiguamente funcionaba la confitería, tiene una capacidad para 150 personas. La estructura de la sala la hace propicia para la representación de conciertos de cámara y espectáculos de carácter intimista.
Por último, la sala «Luisa Vehil» no tiene ni escenario ni platea, lo que permite adaptarla según las necesidades. Está inspirada en el salón María Luisa del Palacio de Oriente, y es conocida como Salón Dorado ya que toda su decoración tiene un acabado en dorado a la hoja.

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