San Antonio de los Cobres y los paisajes de la Puna salteña

San Antonio de los Cobres ofrece los mejores paisajes de la Puna salteña, a 3700 metros de altura. Se ubica en el centro oeste de Salta. Su nombre proviene de su cercanía a la sierra rica en este mineral, y de San Antonio, patrono de arrieros y viajeros, además de protector de las mulas.

San Antonio de los Cobres, un poblado de 7.000 personas ubicado a 3.700 metros de altura de la Puna salteña, ofrece varios atractivos para conocer las bellezas de esa zona del noroeste, entre las que sobresalen las Salinas de Cangrejillos, el museo El Mojón, el Viaducto La Polvorilla, el monumento natural Abra del Acay y el taller de cerámica Thuru Maky.
Además, brinda la posibilidad de realizar el tramo ferroviario del nuevo trayecto del Tren a las Nubes, que arranca en este poblado al que se llega tras recorrer 165 kilómetros de caminos de montaña, ripio y polvo desde la ciudad de Salta, entre paisajes impresionantes y un cielo que se torna más azul al tomar altura.
El Viaducto La Polvorilla, una imponente obra construida entre 1930 y 1932, de 224 metros de largo y 64 de alto, corona el maravilloso recorrido del Tren a las Nubes a poco de atravesar la llamada Cordillera Oriental por un abra que la separa de la Sierra de los Pastos Grandes.
La secretaria de Turismo y Cultura de San Antonio de los Cobres, Azucena Salva, comentó que durante una visita a ese pueblo que «el Viaducto atrae a muchos turistas no sólo por su imponencia, sino también por los hermosos paisajes puneños de sus alrededores«.
Los hermosas vistas que se pueden apreciar antes de llegar a esta mole de hierro se completan con la posibilidad de tomar contacto con grupos de música y danza que interpretan canciones y bailes típicos de la cultura Andina.

Iglesia de San Antonio de los Cobres, Salta

El monumento natural Abra del Acay, situado a 45 kilómetros de San Antonio de los Cobres y a 4.900 metros de altura, cuenta con la mítica apacheta de los viajeros que intercambian los productos de la Puna Salto-Jujeña con los del Valle Calchaquí.
El sitio, también conocido como «nido del viento blanco«, se encuentra enclavado en un ambiente natural representativo de la alta montaña y de gran belleza paisajística, motivo por el cual fue declarado Monumento Natural Provincial.
El Abra del Acay marca el punto más alto de la mítica Ruta Nacional 40, la más famosa de Argentina por recorrer su territorio longitudinalmente en un trayecto de 4.874 kilómetros desde La Quiaca, en la provincia de Jujuy, hasta el Cabo Vírgenes, en Santa Cruz.
Las vistas desde el monumento son de 360 grados, lo que permite divisar el nevado de Chañi, las Salinas Grandes, la laguna de Guayatayoc, los volcanes Tuzgle y Quehuar, las fuentes del río y el nacimiento del valle Calchaquí y la cima del nevado del Acay, que está a 5.781 metros de altura.
Las Salinas de Cangrejillos -ubicadas a 60 kilómetros de este poblado donde funciona una base militar y donde sus 7.000 habitantes cuentan con viviendas con todos los servicios básicos, entre ellos internet– es una inmensa planicie blanquecina que permite conocer las diferentes formaciones características de los salares y también apreciar aspectos de la actividad minera.
Paisaje de San Antonio de los Cobres, Salta, Celine Frers

«Esto es posible gracias al proyecto Turismo Minero de Cangrejillos que se desarrolla con ayuda del Ministerio de Cultura y Turismo salteño», destacó Salva.
El Mojón es un punto intermedio en el trayecto entre San Antonio de los Cobres y las Salinas de Cangrejillos donde se encuentra el museo de Usos y Costumbres del hombre de la Puna.
El centro de interpretación cuenta con trabajados ornamentos de madera de cardón en la iglesia de San Antonio de Padua y con un comedor con mesas de sal en las que pueden degustarse comidas típicas de la zona andina.
Por último, el taller de cerámica Thuru Maky brinda la oportunidad de apreciar el proceso de elaboración de artesanías en carámica utilitaria y decorativa y también de participar en la fabricación de las mismas, reviviendo esta tradición que se transmite de generación en generación.
Los atractivos naturales de San Antonio de los Cobres encuentran un complemento ideal en las Termas de Pompeya, que ya finalizaron su primera etapa de construcción y que se transformarán en un fuerte polo de atracción turística durante 2017.
«Recorrer este pueblo permite disfrutar la diafanidad del cielo, encontrar montañas majestuosas, tomar contacto con costumbres milenarias, degustar comidas típicas de la altura y compartir experiencias con los artesanos de la Puna«, remarcó Salva a este enviado.

Salir de la versión móvil