Una aventura en el Río Pulmari

Acompañando a Viajando con Teo, la primer entrega de un grangran viaje. Luego de 4 noches en el Paimún empezaron a viajar por su propia cuenta, solos los tres. Seguilos !

Lo primero que hicimos fue irnos del camping. Nos habían dicho que camino a Junín de los Andes, pasando la angostura del Huechulafquen y el Paimún, había una oficina de «Informes» que tenían Wi-Fi. Nos quedamos en ese lugar 2 noches. Conocimos a Lucila y a Brian con quienes compartimos unos mates y una torta que preparó Ine, a la que le untamos dulce de sauco casero, una delicia!

De allí nos fuimos a Junín de los Andes a cargar combustible y a comprar comida. Antes de salir de San Martín de los Andes hicimos unas compras en el mayorista de todo lo básico, mucho arroz, polenta, fideos, paté, atún, galletitas de agua y demás, pero las verduras, el pan y la carne tenemos que ir comprándolo fresco donde podamos.

Una vez abastecidos con todo lo necesario, seguimos viaje para Villa Pehuenia. Gabriel de TRIPIN Argentina nos había recomendado que tomáramos un desvío. Nos dijo que fuéramos por la Ruta 11, y por supuesto así lo hicimos.

Apenas salís de Junín de los Andes, pasando el famoso Río Chimehuin hay que desviarse a la izquierda, hacia la ruta 23.

Ese primer desvío es muy lindo, es una estepa arbustiva, con pastizales y lomadas. Lo conozco bien de haber ido a pescar al río Malleo.

Luego del Puente del Malleo seguimos por la ruta 23. El camino sube bastante, hasta el punto en que se empieza a notar un valle profundo. El valle del Río Aluminé. Por muchos kilómetros acompañamos al río, pasamos por Pilolil y seguimos hasta llegar a Aluminé.

Llegamos de noche y nos quedamos a dormir al lado de una estación de Servicio. Pedimos permiso y nos dijeron que nos ubicáramos en un playón de tierra que había al lado de la estación. Allí suelen parar a dormir camioneros y no había ningún problema que nos quedáramos también.

A la mañana siguiente salimos temprano. Luego de unos pocos kilómetros en esta misma ruta, nos desviamos a la ruta 11. Allí la ruta acompaña al Río Pulmari. Un río calmo, rodeado de sauces, típico de los ríos de estepa.

Veníamos maravillados con este río, hasta que en una curva el paisaje se apoderó de nosotros y nos obligó a frenar y bajarnos. Una vez abajo, no nos pudimos ir y nos quedamos allí a pasar el resto del día y la noche. El Pulmari es un río increíble, de los más lindos que he conocido. Lleno de piedras grandes, erosionadas, que te permiten ir saltando de una piedra en otra, para luego combinar con senderos breves de tierra con un pasto natural corto, muy corto, rodeados de juncos y más piedras formando infinitas combinaciones de senderos diseñados a medida por la Naturaleza.

Esa noche, la noche del 5 de Abril, fue la más fría de todas. Apenas cayó el Sol la temperatura bajo hasta los 5 grados centígrados. A lo largo de la noche siguió bajando, hasta llegar a los 4 grados BAJO CERO! Dentro de la Casa Rodante llegamos a tener 2 grados. Normalmente, las ventanas se enfrían mucho a la noche y condensan la humedad del interior de la casa. Esa mañana la humedad en las ventanas amaneció congelada por dentro!

Como siempre, desayunamos y preparamos la casa rodante, luego el auto y seguimos viaje.

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