Monumentos Históricos de Andalgalá

Plaza de Andalgalá

Plaza de Andalgalá

El Ferrocarril

El tren llega a Andalgalá un día 12 de mayo de 1910 más precisamente a la estación de Huaco, luego hubo una prolongación de los rieles, pasando por el radio municipal, por El Colegio y Huasán hasta Chaquiago. Desarrolló una basta actividad minera y sirvió como transporte de pasajeros. En el año 1947, pasó a llamarse Ferrocarril Nacional General Belgrano. Debido al progreso, el tren fue perdiendo protagonismo hasta ser levantado totalmente del servicio en el departamento aproximadamente en el año 1980. Sin embargo, la historia se repite y el tren llegó otra vez a la vieja estación de Huaco, el 17 de noviembre de 1995, con las mismas características de servir de impulso al desarrollo económico de estos pueblos; nos queda decir que la historia aún no está concluida.

Casona de Cisneros

Su propietario original Don José Pio Cisneros fue un vecino destacado, fue guerrero de la independencia y teniente gobernador de Catamarca, uno de los precursores de la declaración de la autonomía de Catamarca.
Clásica construcción en «U», con galerías internas y patio embaldosado. Su característica principal es el altillo que posee en una de sus alas, aparentemente usado como mirador en épocas pasadas.

Casona de la familia Gonzalez Cisneros

Esta residencia expone de todas las desaparecidas casonas señoriales andalgalenses de fines del siglo pasado. Posee la típica disposición de galerías y jardines, donde aún se conservan especies vegetales de una época romántica: jazmineros, palmeras y otras enredaderas que ya no se cultivan en los jardines actuales.

Casa de la familia Vargas Algnase

Pertenece también a una rama de los descendientes de la patriarcal flia. Cisneros. Por su arquitectura nos lleva a imaginar como habrá sido Andalgalá cien años atrás y nos da testimonio de que el Distrito Julumao concretó un importante asentamiento poblacional, por la presencia de vestigios de numerosas casonas de este estilo.

Condado de Huasan

Data del año 1711, durante aproximadamente 70 años funcionó como latifundio donde trabajaba una cantidad de gente, incluso servidores de raza negra. Es una casona de un interesante estilo matizado por frondosas arboledas, y diversos tipos de formas arquitectónicas, desde la colonial española hasta otra de cierta remanencia inglesa. Son de destacar los azulejos y vítreos traídos especialmente de Londres, en su interior podemos encontrar verdaderas joyas de nuestro pasado. En general, es una construcción casi cerrada, con un amplio patio interior y dividida en dos alas, incluye un área de sótanos que en una época sirvió de depósito para los distintos productos que allí se elaboraban.
Es de un microclima muy especial que se da por estar situada la finca al pie del ‘Nevado del Candado’, lo que permite también realizar múltiples actividades desde simplemente contemplar el paisaje hasta jornadas plenas de actividad y aventura.

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