Libros de viaje: La leyenda del volcán Lanín

Majestuoso e imponente, el volcán Lanín se alza 3747 metros sobre la Cordillera de los Andes, exhibiendo sus nieves eternas a más de 200 kilómetros de distancia. Aquí una historia de cómo se gestó esta montaña. ¿Será sólo una leyenda?. Una nueva aventura de Libros de Viaje, la familia que viaja por la Patagonia!
 

Nos despertamos muy temprano y con unos mates bien calientes, ponemos rumbo oeste sobre el ripio que conduce al Parque Nacional Lanín. Tenemos planeado pescar la boca del río Chimehuín al atardecer, que tiene como costumbre competirle al volcán Lanín con explosiones de color que llegaron a opacar al mismísimo magma que emanaba de sus entrañas.

Cuenta la leyenda que durante mucho tiempo estos colosos se midieron en formidables luchas que ponían a prueba las imponentes fuerzas de la naturaleza. Cuando el sol se recostaba sobre los cerros y pintaba el cielo de impresionantes colores, el cráter respondía con furiosas erupciones de lava que escurría por sus laderas, acrecentando la altura de la montaña en un intento por dominar todo el paisaje. Su tremenda potencia lograba disipar los rayos de luz en la intensa oscuridad de la noche, mientras festejaba con estallidos, estruendos y chispazos hasta apaciguarse en un sueño profundo.

Por la mañana, el astro rey volvía con renovadas energías para provocar a la montaña y esta vez mostraba su hegemonía opacando con su potente luz, las exhalaciones emanadas por el volcán. Cada jornada se sucedía con estas escenas estremeciendo todo el valle a su alrededor. Lo único que aportaba algo de paz, eran los intensos nubarrones del oeste, que de vez en cuando se imponían para calmar la voracidad y el calor de la contienda con su lluvia sagrada.

Al cabo de un tiempo, el cono del volcán se elevó tanto que una noche de intenso frío se congeló su cráter cubriéndose de nieves eternas. Cuando despertó por la mañana su furia desató una gran tormenta que no hizo más que incrementar el hielo que lo cubría. Los truenos y temblores continuaron por varios días hasta que finalmente se apagó, cansado quizás, para nunca más volver a despertar.

Durante todo ese tiempo la naturaleza del parque tuvo que soportar estas extremas condiciones, adaptándose para fortalecer a cada uno de sus individuos con la energía que tomaba de la tierra y del agua. Por esta razón, las truchas del Chimehuín ganaron su fama de ser temperamentales, muy combativas, enérgicas y astutas, con ostentosos tamaños envidiables en el resto de los ambientes.

Del libro Papá Pesqué, aventuras de pesca con mosca. Miralo online en http://issuu.com/librosdeviaje.

Lugar: Volcán Lanín | Junín de los Andes | Neuquén | Patagonia Argentina.

Coordenadas: -39.6370, -71.5030 | 39°38’13.2″S 71°30’10.8″W

Fuente y más info: www.librosdeviaje.com.ar. Libros sobre Patagonia, viajes, outdoor y deportes.

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