Los ríos patagónicos bajan atolondrados de la montaña. Pero cuando llegan a los valles se serenan formando remansos, correderas y pozones que calientan el agua e invitan a zambullirse en el calor del verano. Una nueva aventura de la familia que viaja por la Patagonia, esta vez en el Río Aluminé.
El camino que baja hacia Junín de los Andes bordea el río en varios sectores y es posible acceder a sus playas de arena y piedras calentadas bajo el sol. Cuando el nivel del agua está bajo, afloran islas intermedias que invitan a nadar hasta ellas. En los tramos más amplios se forman remansos y la corriente disminuye para dejarse flotar con la vista en el cielo. El sonido del agua es lo único que acompaña la aventura.
Debajo de los sauces de la costa se forman pozones que son utilizados por las truchas para buscar su alimento. Desde las barrancas de la costa se las puede ver patrullando en cardúmenes de varios ejemplares. Hay que andar con sigilo para evitar ser visto, lo que causaría una estampida generalizada.
El río nace en el lago Aluminé a pocos kilómetros del pueblo. Allí también hay atractivos por descubrir como el puente de hierro que cruza de lado a lado y permite zambullir algunas piedras para escuchar el sonido que retumba contra la cordillera. De vez en cuando en el oeste, un volcán soltará una fumarola de humo para darse a conocer en estas tierras.
Por Ezequiel Lopez
Lugar: Aluminé | Neuquén | Patagonia Argentina.
Coordenadas para Google Map: -39.2361,-70.9161
Coordenadas para GPS: 39°14’10.0″S 70°54’58.0″W
Fuente y más info: www.librosdeviaje.com.ar.
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