Libros de viaje en el Refugio del Cerro Lopez

En el Cerro Lopez en Bariloche se encuentra uno de los refugios más accesibles para quienes tengan poca experiencia en la montaña y deseen conocer la vida allá arriba. en un par de horas para los más ágiles o el doble para los más remolones, se puede saborear el mejor sándwich de jamón y queso de cara al Nahuel Huapi. Una nueva aventura de la familia que viaja por la Patagonia!.

Nos tentó la posibilidad de que un antepasado de la familia lo hubiera coronado por primera vez hace ya muchos años, aunque el apellido Lopez está tan ramificado que bien podría haber sido algún pionero ávido de aventuras quien le pusiera su nombre a la montaña.

De todas formas, la idea de subir al cerro era muy tentadora por la facilidad de su acceso junto a un arroyo que baja dentro del bosque. Los primeros pasos a buen ritmo devoraron varios metros hacia arriba, pero pronto debimos moderar la marcha a un ritmo que nos permitiera mantener un constante ascenso en dirección a la cima. Fue necesario tomar agua fresca varias veces del arroyo para refrescarnos y rehidratarnos. Sabíamos que más adelante, nos alejaríamos del cauce y treparíamos por una zona rocosa con menos vegetación hasta llegar a la zona de nieves eternas.

Allí la pendiente se hace más pronunciada y debimos vadear en varias oportunidades el mismo arroyo que ahora se interponía a nuestro paso. Los túneles de hielo que se forman sobre el agua, nos dieron algo de reparo frente al sol que imponía sus rayos a medida que ganábamos altura. A la vista estaba el Refugio Lopez, una construcción de material pintada de rosado como una antigua casa de montaña. Todavía faltaba un buen trecho que se hacía más difícil a medida que trepábamos hacia nuestro descanso.

Finalmente, tras una curva, dimos con la explanada de entrada al lugar. Varias personas descansaban al sol y tan solo entrar en el refugio, nos recibieron con un gran saludo y el famoso sándwich de jamón y queso que saboreamos al borde del precipicio admirando al gran Nahuel Huapi.

Una vez que repusimos energías, nos proyectamos hacia arriba en busca de una pequeña laguna al pie de las lenguas de hielo que caen de la montaña. El camino se transformó en una pendiente con grandes rocas las cuales debimos escalar al mejor estilo andino. Seguíamos a otros intrépidos como nosotros que marcaban el camino, algunos con mochilas a cuestas para seguir la travesía entre los distintos refugios de Bariloche. Nosotros en cambio, decidimos quedarnos en esta cima, nuestra pequeña conquista como montañeros aficionados.

Desde allí nos sentíamos libres y exultantes. Los cóndores flotaban en el aire en giros cerrados sobre nosotros dejando en claro quiénes eran los dueños de la montaña. Les tomamos algunas fotos y nos sentamos a disfrutar del paisaje. La bruma de la tarde anunciaba la hora del descenso. Sabíamos que volver a casa nos tomaría menos tiempo, así que nos quedamos esperando el atardecer deslizándonos por el hielo. Cuando el sol se acomodó sobre el oeste y la temperatura impuso un buen abrigo, emprendimos el regreso. Saludamos a los nuevos amigos del refugio y llegamos al Circuito Chico en menos de un cuarto del tiempo que nos tomó llegar hasta arriba. Habíamos pasado un gran día y la montaña nos dejó jugar con ella por un rato. ¡Volveremos!

Por Ezequiel Lopez (www.librosdeviaje.com.ar)   

Lugar: Bariloche | Río Negro | Patagonia Argentina.

Coordenadas Google Map: -41.077863, -71.564396

Coordenadas GPS: 41°04’40.3″S 71°33’51.8″W

Fuente y más info: www.librosdeviaje.com.ar  
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