Edificio Kavanagh

La millonaria porteña Corina Kavanagh encargó en 1934 un rascacielos a uno de los estudios de arquitectura más prestigiosos de la próspera Buenos Aires de comienzos del siglo XX. En 14 meses el edificio Kavanagh estaba en pie.

La señora Kavanagh vendió dos de sus estancias para financiar la construcción.
Inaugurado el 3 de enero de 1936, con sus 120 m fue en su momento el edificio de hormigón armado más alto de Sudamérica.

Es una torre escalonada de hormigón armado con 32 pisos y 105 viviendas. Se levanta frente a la Plaza San Martín. El estilo es racionalista, caracterizado por la austeridad de las líneas, la carencia de ornamentos externos y los grandes volúmenes prismáticos.
Para asegurar la calidad de la obra no se pusieron límites al presupuesto. El Kavanagh, proyectado como un edificio de departamentos de lujo, ganó numerosos premios nacionales e internacionales. Corina Kavanagh —que tenía 39 años cuando encargó el edificio— se reservó para sí el departamento del piso 14, el único que ocupa toda una planta.

Una historia de amor y venganza, detrás de la construcción del Edificio Kavanagh

Cuenta la historia, que el famoso edificio Kavanagh nace a partir de una venganza de amor.
Por aquellos años, Corina Kavanagh había mantenido una historia de amor con un joven de alta alcurnia hijo de Mercedes Castellanos de Anchorena, la que se oponía tajantemente a la relación y que logró hacer que terminara.
Dicen que dolida, humillada y decidida a tomar revancha, Corina elaboró una venganza. Mandó a construir este monumental edificio con una sola intención : tapar completamente la visual de la basílica del Santísimo Sacramento a la familia Anchorena, desde los ventanales de la su mansión, ubicada justo del otro lado de la Plaza San Martín.
Cabe aclarar que la Basílica del Santísimo Sacramento, hoy un templo abierto a la comunidad, por aquellos años había sido realizada a pedido de Los Anchorena para que se convirtiera en el sepulcro familiar.
Pardojicamente, si hoy alguien quiere mirar de frente la actual basílica del Santísimo Sacramento, debe pararse en el pasaje «Corina Kavanagh».

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