Basílica de Luján, descubriendo el santuario nacional de Argentina

La Basílica de Luján es una obra de la fe mariana del pueblo Argentino, que se debe en gran parte al padre Salvaire, en cumplimiento de un voto heroico hecho cuando el lugar era poco menos que un desierto.

Este proyecto fue apoyado por el arzobispo de Buenos Aires Federico Aneiros y su construcción se finalizó en 1935.

El estilo de la Basílica de Luján es neogótico u ojival, las torres tienen una altura de 106,05 m, las cruces de la torre, 6 m y pesan 1700 kg. cada una.

Sus puertas son de bronce, con relieves.

Cuenta con cuatro relojes que miden 3 m de diámetro cada uno, fueron construidos en Rosario.

Torres de la Basílica de Luján


Entre las torres de la Basílica de Luján, se ubican 16 estatuas, representando a los 12 apóstoles y los cuatro evangelistas, cada una mide 6 m de altura.

En los ángulos (cuatro) de cada torre, se ven las gárgolas, que simbolizan a los demonios huyendo de la Casa de Dios.

El techo de la Basílica de Luján es de cobre y tanto los vitrales como los ventanales fueron traídos de Francia.

En el frente, entre las dos torres hay un rosetón de 6 m de diámetro con vitrales radiados.

El del centro muestra a la Virgen de Luján. Desde la puerta principal hasta detrás del camarín, hay 97 mts de extensión.

El Papa Juan Pablo II, decidió que la Diócesis de Mercedes-Luján, pasara a ser arquidiócesis, es decir se elevó de categoría y depende directamente del Vaticano.

El visitante de la Basílica de Luján, se ve envuelto en un mundo de paz espiritual, lo que hace de Luján, la Capital de la Fé.

Papa Juan Pablo II le entregó en 1982 la ROSA DE ORO a la Virgen de Luján.

Historia de la Basílica de Luján

Antiguamente la actual plaza Belgrano era conocida con el nombre de Plaza Real por el Camino Real hacia el Alto Perú que atravesaba la ciudad.

Más tarde se la llamó Plaza de la Justicia porque en ese periodo era donde los presos recibían su pena.

Finalmente, un monumento alzado en honor al General, merecería la denominación de Plaza Belgrano con la que hoy la conocemos.

También se utilizaba como escenario de actos públicos y oficiales, espacio para fiestas patronales, corridas de toros, terreno de exposición para vendedores ambulantes, centro de reuniones y entretenimiento.

Su origen se remonta al año 1685 cuando en el lugar se levanta una pequeña capilla.

En 1730 adquirió el carácter de parroquia.

Con la cantidad de fieles en aumento, se decidió construir un templo más grande, que se inauguró el 8 de diciembre de 1763.

En 1905 se demolió este santuario.

El 6 de mayo de 1890 el Padre Jorge María Salvaire comenzó la construcción del edificio que se encuentra hoy en pie.

El arquitecto a cargo de la obra fue el francés Ulderico Curtois.

En diciembre de 1910 fue inaugurada y bendecida la iglesia, si bien las torres aún no existían.

En 1930 el Papa Pio XI la consagra como Basílica Menor

El 15 de noviembre de 1930 el Papa Pío XI le otorga el título de basílica menor.

El templo se pudo finalizar recién en 1935.

La diócesis de Mercedes fue establecida el 20 de abril de 1934, con la bula «Nobilis Argentinae nationis», de Pío XI.

La basílica fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1998.

Entre 2005 y 2006 se realizaron varias obras de restauración del exterior de la basílica, culminadas en 2009.

La leyenda de la Virgen de Luján

La historia se remonta al siglo XVII, cuando un hacendado portugués llamado Antonio Farías de Sá, residente en la ciudad de Córdoba del Tucumán, actual Córdoba, que por aquel entonces era un territorio que pertenecía del Virreinato del Río de la Plata, encargó a un amigo de Brasil una imagen de la Virgen María.

La intención de Farías de Sá era exponerla en una capilla que formaba parte de una estancia suya en Sumampa, en la actual provincia Santiago del Estero.

La imagen solicitada llegó al puerto de Buenos Aires en marzo de 1630 y desde allí inició su camino al destino final en una carreta tirada por bueyes.

Sin embargo, según se registra en el libro De la frontera a la Villa de Luján, la carreta quedó varada al llegar al paraje denominado “Árbol solo”, a orillas del río Luján, en la actual provincia de Buenos Aires.

Creyendo que se trataba de un problema del peso de la carga, quienes manejaban la carreta quitaron varios bultos, pero los bueyes no se movían.

Hasta que bajaron la caja que contenía la imagen de la Virgen.

Para su asombro, los animales sólo se movían para seguir viaje si la virgen quedaba en ese lugar.

Esto fue interpretado como una señal de que debía quedarse allí, y allí la dejaron.

​Con el tiempo, aquella pequeña escultura de sólo 38 centímetros dio origen a la creación del espacio que hasta hoy visitan miles de fieles.

El primer santuario se inauguró en 1763, y el 8 de mayo de 1887, el Papa León XXIII decidió coronarla como “Nuestra Señora de Luján”, dando origen a su festividad anual.

Sin embargo, no todos coinciden con esta versión sobre el origen de la devoción.

Otra versión

El historiador Federico Suárez sostiene que el lugar donde se quedó la carreta no era un punto perteneciente a Luján sino a Pilar, más precisamente en el actual barrio de Villa Rosa.

Hoy se levanta allí la Capilla del Milagro Nuestra Señora de Luján, y quienes están a su cargo, creen que una mujer llamada Ana María Matos compró la imagen para llevarla a su actual locación.

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