La apacible localidad de Barreal se alza al sudeste de la provincia de San Juan en un gran valle y circundada por la cordillera de los andes.
Barreal constituye un cuadro paisajístico trazado por río, montaña y vegetación. Ostenta marcados contrastes que junto a la imponente imagen de la precordillera, crea el espacio y las condiciones ideales para el pleno descanso del turista.
Los atractivos destacados de la zona son, Los cerros Colorados, la Calle de los Enamorados, el Alcázar, las ruinas de Hilario y el observatorio astronómico (el centro tecnológicamente mejor equipado del país que por su excelente condición de visibilidad, es uno de los mejores del mundo), entre otros lugares.
El encantador Paseo de los Enamorados, y el Museo Arqueológico, son los ineludibles destinos de aquellos visitantes que no quieren perderse nada.
Otras opciones, no menos interesantes, son los deportes de riesgo como el andinismo, que es altamente practicado en la zona.
Son famosos los ascensos al Cerro Mercedario de 6670 metros de altura el cual es el único gran pico nevado de San Juan. En el Leoncito se practica rafting, mountain bike y enduro.
Además en El Barreal Blanco, lugar al cual debe el nombre la localidad, se practica el windcar o carrovelismo. Caminatas, cabalgatas, paseos en sulky, rafting, montañismo, pesca y safaris fotográficos completan la gama de actividades que pueden desarrollarse
Como monumentos religiosos se destacan la presencia de dos iglesias una es la Iglesia de Jesús de la Buena Esperanza y la otra es la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves.
Culturalmente se destaca el museo Renzo Herrera, con artículos de la historia y prehistoria barrealina, cuidadosamente expuestos por su propietario.
Gastronómicamente se pueden probar platos de la cocina criolla argentina, tales como la humita, la carbonada, las empanadas de carne y el típico asado criollo.
Se desarrollan festividades en los meses de diciembre, enero y febrero, donde se realiza la Fiesta de los Valles Cordilleranos, con espectáculos folclóricos venidos de diversas partes de San Juan, así como del resto de Argentina.
El clima, su gente, la pureza de su aire, sus frondosas alamedas y la belleza de su naturaleza hacen de Barreal un verdadero paraíso andino.