Bahía Bustamante en Chubut

Bahía Bustamante fue un pueblo alguero durante el siglo pasado. Si bien sigue viviendo al ritmo de las mareas, fue reconvertido en un curioso hotel donde las habitaciones son casas y donde la playa es el “lobby”.

Llegar a Bahía Bustamante es como llegar al fin del mundo, a un punto perdido en los mapas del sur de Chubut. Desde Camarones, la referencia más cercana son kilómetros y kilómetros de ripio sin muchas indicaciones. El pueblo, que tiene un nombre heredado directamente del mar que lo rodea, se parece a cualquier otro de la Patagonia: lo forman casitas bajas, modestas y espaciadas; una iglesia con una plaza de juegos rudimentarios le da sin embargo un poco de alma. Bahia Bustamante se encuentra a 272 Km al sur de la ciudad de Trelew y a 190 Km al norte de Comodoro Rivadavia.
Un cementerio barrido por los vientos en medio de la estepa le suma un toque de soledad… por si hacía falta. Lo que pretende ser la calle principal bordea el mar, y podría ser una prolongación de la playa de canto rodado. Algunos galpones de chapa le dan el indiscutible sello de cualquier estancia patagónica: en definitiva un pueblo como cualquier otro, recóndito en las inmensidades del sur, lamido por los incesantes vientos australes y envuelto por la increíble belleza patagónica.
Pero Bahía Bustamante no es cualquier pueblo. Fue construido a medida por una empresa alguera hace medio siglo y hoy sigue en manos de la misma familia, los Soriano. Es entonces un curioso pueblo privado, que hace unos años fue transformado en hotel: así, las casas de los antiguos obreros algueros fueron convertidas en habitaciones, o bungalows, para recibir turistas.
Algunos detalles –como unos bancos de madera prolijamente pintados en rojo vivo delante de las casas– son los indicios de este cambio de actividad, ahora a cargo de Matías Soriano, nieto del fundador del pueblo, un gallego que había nacido en 1901 y llegó a la Argentina para “hacerse la América”.

La franja costera de la estancia Bahía Bustamante está desde el año 2009 dentro de los límites del Parque Nacional Costero-Marino Patagonia Austral. Esta área protegida cubre una superficie de más de 130.000 hectáreas de costas, islas y mar. Se complementa con la Reserva Natural Cabo Dos Bahías, que protege todo el cabo, un paraíso natural que el New York Times comparó hace poco con “”.
Lo cierto es que en muy pocos lugares del continente se pueden ver tantos animales y a tan corta distancia como en esta reserva: desde la entrada y la casita del guardaparque hasta la pingüinera de Dos Bahías se tiene seguridad de ver manadas enteras de guanacos, choiques, innumerables aves y hasta maras, ya muy difíciles de avistar en buena parte de la Patagonia.

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